Can Go Through Skin , el dolor que no abandona la mente
por Camillo De Marco
Marieke escribe la palabra “venganza” en su diario. Su novio la ha dejado y se ha apoderado de ella una tormenta de emociones. Pero lo peor está por llegar, cuando será violada por un repartidor de pizzas a domicilio e incluso intentará ahogarla en la bañera.
Decidida a superar este trauma o llevarlo hasta sus últimas consecuencias en un aislamiento total, Marieke se va a vivir al campo, en la región de Zelandia, en una casa abandonada, sucio y sin calefacción. Aquí se acentúan el dolor, la frustración y la rabia. Se materializan, amplificados por la soledad, y la realidad comienza a confundirse con la fantasía.
Tras ser presentada en la sección Forum de la Berlinale, la ópera prima de la holandesa Esther Rots, Can Go Through Skin, ha sido seleccionada como parte de la Sección Oficial en competición del Festival de Cine Europeo de Lecce. Rots, que mantiene la cámara cerca del bello y duro rostro y del cuerpo de la actriz Rifka Lodeizen, nos hace experimentar el drama psicológico de la protagonista en su investigación en torno a un subconsciente herido por la violencia sufrida, todo ello en un ambiente hostil. Cualquier sombra o sonido es una señal de la agresión que el mundo externo infringe a la protagonista.
Precisamente, es el trabajo del montador de sonido Dan Geesin el que impacta principalmente en el espectador. Sonidos amplificados, instrumentos manipulados y música original ilustran los complejos sentimientos de la protagonista. Como demostración de que ciertas heridas no se curan jamás.
(Traducción del italiano)
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