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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Les barons

por 

- Un primer largometraje belga que hace dejar atrás con alegría lo que se creía saber sobre la comunidad magrebí, la integración, Bruselas y los barrios populares

Hassan, Aziz y Mounir tienen una vida de “privilegiados”. Les Barons [+lee también:
tráiler
Entrevista con el director y la actriz…
entrevista: Nabil Ben Yadir
ficha de la película
]
, así se llaman, pasan todo el día tumbados sobre los estantes de un almacén contando chistes, y si se levantan, es para ir a fichar a la oficina de desempleo. En este cotidiano indolente, inventaron su leyenda: ahorrar su crédito de pasos so pena de morir demasiado pronto. Una manera de vivir de corte de manga y de no convertirse en adultos… Porque negarse a someterse a las obligaciones sociales, es todo un arte. Y la elegancia absoluta, es asumir con grandeza e impertinencia su propia ociosidad.

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Hassan sueña con volverse el campeón de la comicidad de las salas de espectáculos, decidido a subir un día a la escena para contar su vida cotidiana. Pero “hacer el payaso”, en su familia, no es una profesión. Su padre sueña con ver a su hijo buen esposo, buen padre, en un bonito uniforme azul, conduciendo un bonito autobús amarillo. Un programa al cual Hassan podría acomodarse… Si solamente no existieran los barones y la bonita Malika, la estrella del barrio, presentadora del telediario, amazona en guerra contra los que podrían impedirle hacer lo que desea, que no tiene pelos en la lengua, pero que, desgraciadamente, es la hermana de Mounir… Y “no se juega con la hermana de un amigo”.

Con su primer largometraje Les Barons, Nadil Ben Yadir hace estallar las bromas con una vivacidad a veces ácida que restriega los temas más espinosos (racismo, virginidad o religión) y todos los clichés. Bajo sus aires de comedia popular, la película sorprende, abundando en hallazgos, invenciones discretas o rocambolescas (idea del "flashback"en dibujos animados, sms con mímicas, imágenes oníricas al ralentí…) y escenas de coraje (una pelea al estilo de John Woo).

Demostración de cine lúdico, Les Barons presenta también a toda una galería de coloridos personajes sin caricaturizarlos ni traicionarlos. La película los muestra con sus contradicciones, sus debilidades, sus miedos (la rabia de Mounir, espléndido de dignidad y rebelión; los deseos agobiadores de éxito social de este padre prisionero, él mismo, de una respetabilidad que debe siempre conquistarse). Trata también ese cine que nos proyectamos a nosotros mismos y a los otros para escapar a lo que somos. Y en vez de hacer la apología a una integración dudosa, lo que transmite es profundo: desgraciadamente nos elegimos siempre contra nuestros familiares. Y a veces, no nos elegimos… Es este riesgo que corre Hassan, es este largo camino hacia sí mismo que narra la película, jovial e impertinente, tierna y suavemente grave.

En una Bruselas bella y animada como una pequeña Nueva York, se chocan galaxias que ya no se ignoran, sino que avanzan a pesar de todo, como quien no quiere la cosa. Y todo resulta posible finalmente. Si se tiene el coraje de realizar sus sueños contra viento y marea.

uente: Cinergie

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