29/08/2002 - Hoy se ha proyectado Llja 4-ever del sueco Luka Moodysson, un historia poética y desgarradora sobre la tragedia de la prostitución femenina en Europa.

Se encuentran por todos los rincones de Europa: jóvenes mujeres provenientes de los países del Este obligadas a prostituirse con padres de familia que buscan una fácil aventura extraconyugal. Esclavas del sexo que huyen de la pobreza, prisioneras de hombres sin escrúpulos. El sueco Luka Moodysson, en su tercer largometraje, parte de la historia de una adolescente rusa para relatar uno de tantos caminos que llevan a estas chicas a las calles de Europa. Lilja 4-ever, producida por Memfis Film y presentada a concurso en Venecia, completa el díptico iniciado con la primera película de Moodysson, Fucking Amal, que narraba la historia de unos adolescentes en la periferia sueca. En esta ocasión, Lilja 4-ever parte de una ciudad en la ex Unión Soviética, donde la joven Lilia, abandonada por la madre, lleva una vida de privaciones, entre esnifadas de pegamento para aturdirse y escarceos con la prostitución. Traicionada por un joven aparentemente bondadoso que le promete sacarla de la miseria, termina en Malmo, en el sur de Suecia, obligada a fuerza de golpes a vender su cuerpo a todo tipo de hombres.

Entre pasajes poéticos y momentos de cine verdad un tanto previsibles, la película del director sueco lanza un j’accuse contra su país, uno de los más progresistas socialmente hablando, que observa impasible el mercado de esta especie de niñas esclavas del tercer milenio. La estupenda protagonista, Oksana Akinshina, interpretó en 2001 Sisters, de Sergei Bodrov hijo, con gran éxito en Rusia. También extraordinaria la actuación de Artiom Bogucharski, quien, a sus trece años, hace el papel de un pequeño amigo de Lilja que tras suicidarse se convierte en un ángel de la guarda con todo y alas.

(Traducción del italiano)