05/03/2007

¿Qué harías si sólo te quedase medio año de vida? ¿Harías algo bueno por los demás o despreciarías al resto del mundo y te aislarías? Estas preguntas existenciales son las que el director alemán Sven Taddicken lanza a los espectadores en su nueva película, La suerte de Emma [+lee también:
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tráiler
ficha de la película]. Con metáforas poéticas y con estructuras arcaicas, habla de la muerte y de las ganas de vivir, del amor frente a la muerte, y de la búsqueda y del encuentro de la felicidad en el momento más oscuro de la existencia. "Cuando planteo una película, existen dos niveles para mí, el entretenimiento y el efecto terapéutico", explica el director. "Si mi loca historia de amor sobre la muerte obliga a las personas a abrir su mente hacia un determinado tema, habré logrado mi objetivo. Me gustaría establecer referencias, incitar, formular anhelos."

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Los críticos llaman a esta forma de narración "sublimación" (Ueberhoehung), aunque Taddicken prefiere llamarla abstracción o reducción a lo concreto. "La gente desea que una película los atrape y los deje conmocionados", afirma el director de 32 años para explicar la filosofía que encierran sus palabras. "A mí, las metáforas me parecen más apropiadas que los hechos reales. Lo que es transmitir un mensaje central, no puedo hacerlo en absoluto, tengo demasiadas dudas sobre esto. Sin embargo, plantear una cuestión y así sacar a la luz los temas que duermen en mí, esa sí es mi intención."

Taddicken consigue esto, hablando sobre gente que, si no fuese por él, permanecería en la sombra, tratando temas que los demás hacen como si no existiesen. En 2001, cuando abordó la historia sobre un discapacitado mental y sus inclinaciones sexuales, los moralistas pusieron el grito en el cielo, pero fue aplaudido por la prensa cinematográfica. "Sobre todo, quiero abrir puertas que están cerradas", admite Taddicken, y al mismo tiempo, deja claro que sus obras están dirigidas al gran público.

Los números prueban que está en el buen camino: aunque su debut fue completamente ignorado por los espectadores alemanes a pesar de sus 18 premios en el festival, con La suerte de Emma, triunfó convirtiéndose en el favorito de crítica y público. Las expectativas iniciales para los premios han sido superadas, y pronto la película se estrenará con 60 copias en España, además de Austria, Suiza, Francia, Dinamarca, y Brasil. "En cifras, se puede ver por escrito, que mi primera película tuvo mucho más éxito fuera que dentro de Alemania. Aquí, la gente sólo la vio como la ópera prima de un estudiante. En los otros países, la gente simplemente tuvo confianza en la película."

El interés en la obra de Taddicken responde a una buena razón, ya que sus películas son el testaferro de una nueva generación de cineastas que quieren traer una bocanada de aire fresco al anquilosado panorama del cine alemán, con otros lenguajes cinematográficos más valientes y espléndidos. "Hasta ahora el cine alemán se ha reducido principalmente –haciendo un síntesis un poco radical– a comedias o películas que tratan sobre la historia alemana", resume Taddicken; "Esto– y la gente que conoce este ámbito, está de acuerdo– cambiará radicalmente en el futuro."

La pregunta que queda es si Taddicken continuará escribiendo sus propios guiones. "De hecho, en mi corazón, soy probablemente una especie de escritor-cineasta, porque mi material siempre influye en las personas. Pero simplemente he asumido que otros autores escriben mejor que yo. Además, disfruto del lujo de estar en el plató, trabajando con un guión en el que hemos modificado cada frase unas 3.000 veces. Tenemos el material – y todos juntos vemos qué es lo que podemos sacar de ahí."

Para no aburrirse a sí mismo ni a sus espectadores, situará su próxima película a finales de la Edad Media, en el lluvioso Mar del Norte. "Alemania simplemente necesita una excéntrica película de piratas", bromea Taddicken. El rodaje comenzará en otoño de 2007.