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Stefan Liberski • Director

"Los Vitellonis Modernos"

por 

- Stefan Liberski, una figura incontrolable de la televisión belga, conocido por sus numerosos sketchs graciosísimos , se coloca detrás de la cámara para realizar un inesperado primer largometraje

Me da la impresión de que su película habla de la muerte de un ideal, en el sentido de que las generaciones que llegan se ven negadas, por parte de las generaciones anteriores, de la posibilidad de construir un nuevo ideal
Stefan Liberski : Para empezar, soy padre, por lo que muchas veces me hago la pregunta: "¿ Qué transmitimos a nuestros hijos en este mundo en el que nuestro solo objetivo es gozar con lo material, donde a las personas se les considera como objetos?" En la película el padre no transmite más que parné. Guarda su posición, es el "Homo Imperator" de hoy: lo quiere todo, todo seguido, todo el tiempo, sólo busca el placer. Le corta el paso a su hijo en la vida. Es emblemático, y también opino que tales personas existen realmente.

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Esta orden determinante del padre en la película es aterradora. Decirle a su hijo: "me hubiera gustado que no hubieses nacido", es un auténtico crimen, ¿no?

Cuando alguien le dice esto a su hijo, ya le ha impedido el nacimiento. Y, John Deveau es alguien que no ha nacido. Es un príncipe de lo naciente, un aspecto fascinante en su vacío. John Deveau no hace más que hablar. Se siente totalmente devastado, pero lleva una mirada extredamamente lúcida en lo suyo. Esta extraña lucidez, última forma de libertad, es lo que, en el fondo, le da una dimensión trágica. Es una "Antígona en la tumba" (risas). Nunca llegó a la vida, nunca salió de su bunker. Cuando arma alguna situación perversa (con los acólitos) es para intentar alcanzar un sentimiento cualquiera. Uno puede observar que no tiene sentimientos de ninguna clase. Pienso que esta orden es propia de una época en la que se quiere gozar todo el rato. Esta promoción de "tener versus a ser", conlleva inevitablemente a la perversión. Desde la unión delicuente hasta la dislocación de empresas, yo veo siempre lo mismo en esta obra: una manera perversa de considerar a los otros humanos, tratarlos como un objeto de usar y tirar. Sí, esto cuestiona el ideal que nos meten tanto delante de las narices, y también el dinero, el único "ideal" sobre el cual se mueve nuestra sociedad.

El nombre de Deveau, es una referencia a Fellini, a quién adoras, y a sus Vitelloni ("becerro" en italiano)
En efecto. Y hay otras cosas que tu adivinarás facilmente. Pero sí, es un guiño. Con esto dicho, los grandes becerros de hoy ya no son los mismos, son mucho menos simpáticos.

Los colores están desaturados, como los de una noche interminable que a cada momento entran en la luz, la imagen, ligeramente superpuesta... Da la sensación de que están deslumbradas.
Me encanta que dentro del bunker, donde la gente está cerrada dentro de su crudeza, dominen los colores fríos. Es una película sobre el sentimiento de irrealidad, sobre el encierro de cada uno dentro de su egoísmo y de su deseo de gozar de los bienes mundanos y la impasibilidad que representa. Decidí describir un entorno que en teoría encarna nuestra época. Pero no la manera en la cual se deja que la publicidad y los folletos hagan todo el trabajo. En el fondo, es muy curioso que uno se interese de por sí, puesto que opino que este entorno dice mucho sobre nuestro mundo.

¿ Sigue Mimmo una cierta ceremonia de iniciación al integrarse en este grupo?
Creo que él es como los otros. Siente la prisa de disfrutar de los bienes del mundo, pero proviene de un entorno modesto, por lo cual le es más difícil. Como es guapo, se le ofrece un atajo: la fama. Solamente que él no es tan joven, ha "sobrepasado la fecha límite" (Siempre se ve este principio en la obra: considerarse un objeto, incluso aunque se sea muy inconsciente). En todo caso, Mimmo cree tener algo que contribuir, algo que hacer con esta gente. Para la obra, sirve como instrumento revelador, es nuestro "Candido" (personaje de Voltaire), que nos guía hasta el relato. Justo al final, hace algo humano. Pienso que es porque se ve a sí mismo. Imagino que es una prueba que ha superado. Así es como imagino la última toma.

Japón parece ser el contraste luminoso a tanta oscuridad.
En cuanto a Japón, quiero dejar las opciones abiertas y no dejar sólo una significación. Es un final abierto. Japón funciona como un gancho que tira de un pasado ideal, que escapa a la fatalidad mundial, un pasado "virgen", otra cultura con otros valores. Lo que encontré de antemano en Japón fue una cuna de valores que empienzan a escaparsenos, que ya nadie comprende. Se puede amar esta forma de extranjerismo, lo suficientemente imponente para tener un efecto verdadero que aun no ha caído en las garras del turismo.

Hay algo muy shakespeariano que da este sabor a cuento, a fábula, a filme, con el señor del castillo y su bufón, con un Romeo y su Julieta, y con algo podrido en el Reino de Dinamarca.
Y también está el lugar. Cuando están sobre balcón, uno diría que están en su torre del homenaje, ¿verdad? Claro que sí, y el aspecto de fábula está muy presente sobre todo en la parte de Japón, donde hago mucho hincapié. Tiene un aspecto filosófico. Pero de nuevo, prefiero dejar las opciones abiertas. Sin ánimo de compararme, he de decir que me encantan las películas de Lynch. Cada vez que veo Mullohand Drive, por ejemplo, parece que me cambia su entendimiento una vez tras otra. "No se comprende todo", lo que hace que le demos al coco. La cosa es no soltar al espectador. Es necesario que sienta que ello tiene un significado para él/ella, y dejar que la imagen flote sobre su sentido.

La entrevista filmada en Cinergie.be

Modificado con permiso del autor.

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