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Daniel Espinosa • Director

La energía de la desesperación

por 

El joven realizador de Babylon Disease se asemeja a uno de los personajes de su película, seriedad e indolencia a la vez. Mestizo chileno y sueco, Daniel Espinosa ha pasado algunos años en África y ha vivido mucho tiempo en el suburbio de Estocolmo antes de integrar la National Danish Film School. Encuentro en el Festival de la Película Europea de Bruselas.

Cineuropa: Babylon Disease aborda el malestar de la joven generación occidental. ¿hay mucho de Ud. en esta primera prueba?
Daniel Espinosa : Hace algunos años, vivía con amigos. Éramos un grupo y acogimos a una joven de 17 años, que vivió con nosotros algún tiempo. Y luego, un año o dos después, ella vino a verme con un guión que se inspiraba de nuestra vida diaria. Me preguntó si conocía a alguien que podría realizarlo. En la época, estaba en la Danish Film School. Y así le di algunos números de teléfonos. Dos meses más tarde, volvió diciéndome que eso no funcionaba, que le no gustaba esta gente y me pidió que lo realizará yo. ¡Y me puse muy contento, porque me había molestado un poco que no me lo hubiera pedido inmediatamente! (risas). Se hizo la película el verano siguiente, al final de mi año de estudio, durante el verano, con esta banda de amigos con quienes estaba en la escuela y sobre los cuales el guión se inspira.

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Todo, o casi todo, es visto a través de la mirada de Maja.
Realicé mi primero cortometraje, The fighter (Le boxeur), una película alrededor de un hombre, con Camilla Hjelm Knudsen, mi jefe operador. Sobre la longitud, quería que me aporta su mirada femenina. Si Maja encuentra importante observar una cucharita, entonces la dejamos observarla. Se trata de estar lo más cerca posible de un mundo subjetivo y de una sensibilidad femenina.

La cámara es, por otra parte, muy física, sigue los cuerpos, es muy reactiva.
Los protagonistas interpretaron sus personajes con nosotros durante dos semanas, antes del rodaje. En el momento de rodar, decidimos dejarles vivir delante de la cámara. Entraban, se instalaban en la escena, y solamente entonces, nosotros filmábamos. No quería dirigirlos, colocarlos en la luz, etc. La cámara debía permanecer detrás y seguir sus movimientos. La película es física también porque es lo que quería rodar, esta energía bloqueada de nuestra generación. Hoy con Internet, la televisión, no podemos ya hacernos creer que cambiaremos el mundo. Y nuestro deseo de vivir, nuestra necesidad de ideal se transforma en apatía, el síndrome de Babilonia… Tengo el sentimiento que una generación debe recordar a la que la precede sus ideales, que eso crea un dinamismo que hace avanzar la sociedad. Pero hoy ya no es posible.

Ud. juega sobre varias materias: imágenes televisivas, las imágenes de las cámaras de vigilancia, borrosas, impersonales y sofocantes. Y la de la película, en scope. Es una imagen muy granulosa y viva. ¿En qué soporte rodaron?
En Super 16. Se trataba siempre de enfrentar el mundo, subjetivo, hecho de recuerdos o impresiones de Maja, a esas imágenes impersonales, que se nos imponen del exterior. Para estar cerca de estas impresiones, de estas sensaciones, se trabajó el color, secuencias en azul, otras en verde. Es el mismo método en el debate entre Maja y Paulie, donde el sonido no sigue el montaje imagen, porque es continuo mientras que ellas cambian de lugar. El recuerdo de una conversación no es cronológico. Nos acordamos de lugares y de un carácter completamente subjetivo de las palabras.

La temporalidad elástica de la película (los elipses; un montaje cut) hace pensar al cine asiático y particularmente Chunking Express o Les Anges Déchus de Wong Kar Wai, en el cual ese desencantamiento es también el centro de las películas.
¡Ah sí, me encanta Wong Kar Wai! Es un maestro para mi. Hay una escena, cuando Maja llora sobre su cama y que se la filma en una perspectiva muy larga , que es una cita de In the mood for love. ¡Espero llegar a hacer un día tan bien como él! ¡Mi tercero o cuarto largometraje quizá (risas)! ¿Actualmente prepara una película?
Sí, Ghetto, con Daniel Dencik, que es montador y sobre el cual el filme Dark Horse [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
se inspiró para su personaje principal. Es la historia de un profesor judío que se enamora de una paquistaní. Eso pasa en un suburbio, entre dos escuelas, una musulmán y la otra judía. Dónde los niños juegan a imitar la guerra de los adultos. Pero sus padres se odian de verdad.

¿Se desarrolla aún en el suburbio?
Es de ahí que yo provengo. Tengo la sensación que son lugares donde las cuestiones existenciales se plantean porque son vitales.

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