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Radu Mihaileanu • Director

La fuerza de la vida

por 

- Con ocasión de una gira de estrenos en las ciudades de Francia, el director de Va, vis et reviens comenta la aventura apasionante de una película nacida de un encuentro inesperado

Con ocasión de una gira de estrenos en las ciudades de Francia, Radu Mihaileanu comenta para Cineuropa la aventura apasionante de Va, vis et reviens. Acallando por una vez su legendario sentido del humor, el director sigue el hilo emocional de un encuentro inesperado que se transformó en una película encarnando la fuerza vital de superar los dramas colectivos e individuales.

Cineuropa: ¿Cómo llegó a interesarse por la epopeya de los Falashas ?
Radu Mihaileanu: Empezó por un encuentro en Los Angeles con un judío etíope que me contó su historia, como se había ido de Europa y su pueblo en la montaña, como se había ido con su familia hacia Sudán y como toda su familia fue diezmada. Llegó solo, un niño aún, en los campos del Sudán y esperó meses antes que de los servicios secretos israelíes le llevasen por puente aéreo con la ayuda de los americanos. Me hizó llorar una noche entera. Había oído hablar de esa historia, pero no entendía todas las implicaciones humanas y dramáticas que se habían decidido en aquel momento. Luego, he vuelto a París, he leído más o menos toda la documentación que estaba a disposición en Francia y en internet, sobre todo libros ingleses y americanos. Luego, me fuí a Israel para conocer a Etíopes y ahí empecé a intuir que iba a hacer una película. Las cosas empezaron a definirse. Me enfurecía que la gente ne supiera algo más de esta historia.

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¿Se impuso en seguida la elección del tratamiento en tres parte, con tres actores diferentes ?
A partir del momento en que supe que iba a contar una epopeya qui se extendería de la infancia a la edad adulta, sabía que necesitaba a varios actores. He ido eligiendo las épocas progresivamente, la infancia por supuesto, la adolescencia que me interesaba mucho y la edad adulta para mostrar que un ciclo se cumplía.

¿Ha procurado mantener una mirada positiva sobre ese contexto dramático?
Fue un deseo desde el principio. Nunca podría hacer dos cosas en el cine: tratar a personajes mediocres aunque existen películas que lo hacen y me gustan,y decir globalmente que la vida no merece la pena de vivirse. Pase lo que pase, y nunca es simple porque siempre hay dificultades y eventos trágicos, creo que la vida en su conjunto es un regalo. Mi historia personal no siempre fue sencilla, tuve que emigrar, abandonar a una familia y a amigos. Pero siempre he mantenido la esperanza y tenido la sensación de recibir un regalo y de deber aprovecharme de ello hasta el final.

Varios personajes como Yaël, el Qes Ahmra y el médico aparecen casi como ángeles guardianes.
Sí, ya que este niño tiene varios golpes de suerte en su vida a pesar de la desgracia. Tiene la suerte de tener a cuatro madres que le salvan y que al final le hacen feliz, de tener a ese Qes que casi es un padre ya que su padre adoptivo no lo es en realidad y de tener a un abuelo. Por lo tanto, está especialmente bien rodeado, aunque otras personas le hagan la vida más complicada como los extremistas religiosos. El Gran Rabinato se ha comportado de forma humillante y traumatizante hacia la comunidad etíope en general, judía y no judía también .

Sus actores hablan de Usted como de un director muy puntilloso. ¿Ha tenido que adaptar su dirección de actores a sus intérpretes más jóvenes ?
Es cierto que soy puntilloso ya que soy de alguna manera el guardián de un conjunto del que todo el mundo no tiene necesariamente consciencia. Pero también es verdad que el actor que hace de Schlomo adolescente me empujó a cambiar muchísimos aspectos del personaje en función de su manera de ser y de su juego. Había escrito el papel de un adolescente gracioso y vivo, olvidando que a esa edad, se es muchas veces patoso, con un ritmo a veces un poco más apático. Con Yaël Abecassis hemos cambiado muchos diálogos, con Roschdy Zem, también un poco. Soy puntilloso en lo global pero muy abierto en lo específico, cuando me proponen mejoras.

¿La película ha sido difícil de producir ? No tanto. Nos esperabamos algo mucho más complicado ya que sólo teníamos a Roschdy Zem como actor conocido, con eso que …no es Benoît Poelvoorde. Yaël Abecassis está conocida en Israel pero mucho menos en Francia. Por lo tanto, teníamos miedo de las reticencias de los financieros. Nunca es fácil de producir una película independiente, pero finalmente conocimos a partenarios muy apegados a la película, gente enamorada del guión que nos han seguido hasta el final, muy cercanos, muy ligados y implicados tanto afectivamente como intelectualmente.

¿Le gustaría que los plazos entre sus películas se acortasen ? (5 años entre Trahir y Train de vie, luego 7 antes de Va, vis et deviens) ?
Sí me gustaría, ya que me doy cuenta de que la vida pasa y no me espera. Puede que sea mi ritmo pero no me gustaría esperar otros 6 años para hacer mi próxima película. Sin embargo, como soy alguien de muy intransigente cara al cine, tampoco haría una película cuyo tema no me implique profundamente. Recibo guiones, pero hace falta que en un momento dado acerque la historias a mi mismo ya que no me gusta hacer encargos. Pero le mucho los guiones de los demás y me gustaría dirigir algunos..

Es oriundo de Europa del Este, vive en Francia y su película habla de África y de Oriente Próximo : ¿se considera un ciudadano del mundo ?
Me siento francés de origen rumano y judío. Sin embargo, mi patria es Francia ya que vivo aquí desde hace 20 años. Cuando me voy a Rumania, me siento como en casa, aunque sé que siempre tengo un billete de avión en el bolsillo. Pero la primera patria de todas, son mis hijos, que son franceses.

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