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LOCARNO 2022 Competición

Ann Oren • Directora de Piaffe

"Me interesaba mucho la psicología de la doma, la relación entre el jinete y el caballo"

por 

- La directora israelí afincada en Berlín habla sobre su primer largometraje, un trabajo muy ambicioso a nivel formal

Ann Oren • Directora de Piaffe
(© Bjørn Melhus)

Este año, en la competición internacional del Festival de Locarno, se estrenó Piaffe [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Ann Oren
ficha de la película
]
, dirigida por la artista y cineasta Ann Oren. Oren nació en Israel, estudió en Nueva York y actualmente vive en Berlín. Hemos hablado con ella sobre su fascinación por los caballos y el trabajo de los artistas de foley.

Cineuropa: ¿Puedes hablarnos sobre el dispositivo especial a través del cual la protagonista conoce al botanista?
Ann Oren: Es un fotoplastikon que vi en Varsovia. Un dispositivo pre-cinematográfico en el que puedes ver un pase de diapositivas. El original tiene imágenes de la historia de Varsovia. Pensé inmediatamente que el dispositivo tenía algo cinematográfico, así como todo el mecanismo que hay detrás. Hay gente que se sienta a oscuras en su interior, como en un cine. Si quieren, pueden tener una aventura secreta sin que nadie los vea. La escena con el fotoplastikon es una de las primeras que escribí en el guion. Al final de la película, la artista de foley entra en la construcción y se convierte en la película para que la vean los demás. Lo presentamos con el sonido de un proyector de cine, para reforzar este significado.

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¿De dónde surge la idea de la película?
Siempre quise hacer una película sobre un artista de foley. Me fascina esta profesión. El hecho de meterse en un cuarto oscuro, con el objetivo de imitar lo que ocurre en pantalla, tiene un componente de locura. Y nadie sabe que existes. Creo que es una idea contemporánea del trabajo. Muchos profesionales trabajan solos, desconectados del mundo. En una ocasión, un artista de foley me dijo que es muy extraño trabajar en una habitación completamente en silencio, construyendo cada capa de sonido, para luego salir a la calle y que todo sea abrumador. Esta fue una fuente de inspiración para el anuncio de la historia, para el colapso de Zara, así como para la experiencia de la protagonista.

¿Por qué escogiste el tema del caballo?
Los caballos también tienen una conexión con la historia del cine. Eva se enfrenta por primera vez al animal y esto abre la puerta a un mundo de imaginación. A través de la cola que crece en su cuerpo, la mujer adquiere una nueva intuición, una que no se permitía escuchar al principio. Me interesaba mucho la psicología de la doma, la relación entre el jinete y el caballo. Todo parece fácil, como una especie de baile que requiere la sumisión del animal. Hay un juego de sumisión y consentimiento. Cuando vas a los establos de caballos, ves que casi todas son mujeres. Leí un libro sobre la relación entre caballos y mujeres, las llamadas horsey girls. Pero al montar, las mujeres también se vuelven más poderosas, más fuertes y pueden sentirse más grandes.

¿Tuviste que investigar mucho para la película?
Sí, teníamos mucho contexto para todos los personajes. También en el caso del botánico. Estudié los helechos, por ejemplo. Me recordaron a la cabeza de un caballo. También me fascinó el hecho de que las plantas tienen ambos genitales, y que la planta tiene un carácter de culto. Mucha gente está obsesionada con ellas.

¿De dónde surge tu inspiración cinematográfica? 
Citaría como fuente de inspiración Celine y Julie van en barco, de Jacques Rivette. No es una influencia directa, pero me gusta la relación intuitiva entre los dos personajes. Creo que es mágica, no del todo lógica. Y las actrices son cautivadoras.

¿Por qué pensaste que Simone Bucio era la mejor actriz para el papel?
Mientras escribía, no tenía en mente a una actriz en particular. Me resultaba difícil encontrar a alguien a quien pudiera ver en el papel. Conocí a Simone y me dio la sensación de ser como un alma antigua, lo cual me gustó mucho, ya que la historia debía ser atemporal. Con ella, todo parecía magnético. Cuando hablamos de la historia, Simone conectó totalmente con ella. Yo estaba absolutamente encantada y podía ver al personaje mientras la miraba. Ella es mexicana, no habla alemán y tuvo que aprenderse los diálogos para la película.

¿Cuáles eran los aspectos más importantes para el concepto visual de la película?
Elegí los colores con mucho cuidado. Hay mucho azul y rojo. Además, decidí filmar en 16 mm porque quería esa imagen granulada que tuviera cierto carácter visceral. Una película debe cautivar, tienes que atravesar una experiencia corporal, y el trabajo de sonido lo respalda. El sonido y las imágenes son dos partes de lo mismo. Finalmente, quería tratar a los caballos y a las plantas, a todas las especies, como personajes.

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(Traducción del inglés)

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