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ANNECY 2022

Alain Ughetto • Director de Interdit aux chiens et aux Italiens

“La animación en stop-motion no es en absoluto como los dibujos animados”

por 

- El cineasta francés habla de su original segundo largometraje, sobre la historia de su familia de migrantes italianos, y de su trabajo con las técnicas de animación en stop-motion

Alain Ughetto • Director de Interdit aux chiens et aux Italiens

Presentada en la competición del 41.º Festival de Annecy, No se admiten perros ni italianos [+lee también:
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entrevista: Alain Ughetto
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es el segundo largometraje de Alain Ughetto tras Jasmine [+lee también:
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(2013). El director nos habla sobre su original película, que narra la historia de su familia de inmigrantes italianos, así como de su enfoque de animación en stop-motion.

Cineuropa: ¿Qué te llevó a hacer una película que se desarrolla a lo largo de un siglo y gira en torno a tu familia piamontesa que emigró a Francia?
Alain Ughetto: Pensé que sería bueno para mí ofrecer un testimonio de lo que vivieron nuestros antepasados. Normalmente, recordamos a nuestros padres, a nuestras madres y a nuestros abuelos, hasta cierto punto, pero más allá de ellos no sabemos nada. Investigué mi apellido y me encontré con una historia. Es la historia de una familia como muchas otras, y pude rastrearla en el tiempo, entrelazando un relato privado con una evocación histórica. Pensé que enviaría un mensaje poderoso si hacía una película personal que fuese única, comprometida e incluso furiosa: una película testimonio. El cartel “No se admiten perros ni italianos” es evocador de una época concreta, pero también resuena con los problemas actuales de la inmigración.

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La película repasa un modo de vida muy difícil y retrata sucesos trágicos. Aun así, nunca pierde el sentido del humor.
Todo eso está en el espíritu de las comedias italianas de Scola, Risi, etc. También podemos reírnos de cosas terribles, hasta cierto punto. Ese sentido del humor era muy importante para mí porque ha dado lugar a algunas películas maravillosas, como Aventuras y desventuras de un italiano emigrado o Brutos, sucios y malos. Retratan situaciones abominables, pero, aun así, somos capaces de reírnos.

¿Por qué decidiste enfocar la narración en torno a un diálogo entre tú (fuera de plano, aunque a veces presente en forma de mano) y tu abuela, a medida que comparte sus recuerdos?
Las manos de mi abuelo transmitieron sus conocimientos a las manos de mi padre, y estas a las mías. Necesitaba recordarlo. Mi padre era un auténtico manitas, y yo también lo soy. Dado que se trata de una historia muy personal, era muy importante que incorporara todo eso a la película, y que pudieras ver mis manos. Mi mano se convierte en un personaje, un personaje que da forma a ese mundo, que trabaja y hace preguntas. Por otra parte, quería que hubiera un diálogo con mi abuela. Como en todas las historias, la abuela cuenta sus experiencias a sus nietos.

Ya habías trabajado con animación en stop-motion en Jasmine. ¿Por qué decidiste usar marionetas esta vez, mientras introduces objetos reales como terrones de azúcar en la historia?
En primer lugar, puedes expresar mucho utilizando marionetas, pero no tienen nada de humano, a pesar de que comparten nuestras proporciones. La distancia que permiten los títeres me resulta muy interesante, porque pueden hacer cosas que no se ajustan necesariamente a la realidad. Como los personajes reales de los que habla la película ya no están, intenté imaginar qué objetos podrían haber traído: carbón, brócoli, castañas, azúcar, etc. Pensé que estaría bien utilizar todos esos elementos de los que hablaban como decorado.

¿Cómo desarrollaste la puesta en escena de la película con los marionetistas?
Salí de mi zona de confort, pero les pregunté si sería posible ver la mano entrando en el encuadre, y eso les animó a salir de su zona de confort. Tuvimos largas discusiones: “¿Cómo lo hacemos? No están en el mismo formato”. Todo estaba en el guion gráfico, y luego probamos diferentes enfoques para la película: con una cámara, con fondos verdes, etc. Teníamos que encontrar la manera de contar esta historia de la misma forma que estaba escrita, y hubo muchas preguntas y discusiones, además de un proceso de investigación. En cualquier caso, cuando se trata de animación, todos los proyectos llevan su tiempo, cinco o seis años como mínimo. La animación en stop-motion no es en absoluto como los dibujos animados.

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(Traducción del francés)

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