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TRIBECA 2022

Natalia Sinelnikova • Directora de We Might as Well Be Dead

"La cámara estaba concebida como un acuario: estático, pero algo dinámico y siempre un poco distorsionado"

por 

- Hemos hablado con la direcotra afincada en Berlín sobre su película, una comedia dramática que sigue a una comunidad de personas consumidas por el miedo

Natalia Sinelnikova  • Directora de We Might as Well Be Dead

Tras su estreno en la Berlinale de este año, la tragicomedia We Might as Well Be Dead [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Natalia Sinelnikova
ficha de la película
]
, de la directora alemana de origen ruso Natalia Sinelnikova, se proyectó primero en el Festival de Cine Judío de Berlín, y posteriormente en Tribeca. Nos reunimos con la directora, que nos contó más sobre el desarrollo de la historia y las condiciones de producción en las que se filmó la película.

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Cineuropa: ¿En qué te inspiraste para contar esta historia?
Natalia Sinelnikova: Todo empezó con el rascacielos que elegimos como localización. Yo misma me crié en un rascacielos y ese tipo de edificios me encanta. La gente vive muy cerca los unos de los otros, pero en total anonimato. Es muy emocionante observar cómo se comportan y cómo interactúan entre sí en el ascensor o en las escaleras. Así que teníamos nuestra localización, y cuando estábamos desarrollando el guion con mi coguionista, Viktor Gallandi, surgió poco a poco una historia en torno a la cuestión del miedo: miedo a lo desconocido, pero también miedo a los demás.

¿Qué fue lo más importante a la hora de desarrollar los personajes?
Para nosotros, lo más importante era que cada personaje fuera fiel a sí mismo. No queríamos que la comunidad se convirtiera en una caricatura; queríamos tratar a cada personaje por igual. Algunos de los personajes simplemente aparecieron, son bastante carismáticos y se impusieron por sí mismos, como el de Wolfram Mantel o el de Gerti Posner, por ejemplo. Eso es lo más bonito, cuando los personajes se imponen sin mucho esfuerzo.

El título de la película es una frase que aparece varias veces con ligeras variaciones, dicha por diferentes personajes. Es uno de esos argumentos supremos que hacen imposible cualquier discusión razonable. ¿Os ha influido el reciente discurso público?
Por supuesto, los acontecimientos políticos y la situación de Alemania nos han influido mucho, tanto en nuestro arte como en nuestra vida cotidiana. El giro a la derecha y la forma en que se desarrollan los debates nos han influido. Estos temas han estado en nuestra mente durante mucho tiempo. Esperamos que los espectadores puedan sumergirse y sacar libremente lo que quieran de la película, ya que no queremos dar ninguna pauta de interpretación.

¿Dónde se rodó exactamente?
Fue un gran reto encontrar el lugar adecuado. Rodamos en diferentes localizaciones. Gracias al increíble trabajo de nuestra diseñadora de producción, Elisabeth Kozerski, de nuestra productora, Julia Wagner, y de todo el equipo de producción (Charlene Gürntke, Lina Mareike Zopfs y Magdalena Wolff) encontramos el lugar adecuado. Principalmente, rodamos en una instancia gubernamental en Berlín-Marzahn. Esta instancia constaba de cuatro plantas, y luego la ampliamos a diez. El apartamento, el campo de golf y la piscina están en otro lugar, repartidos por Berlín y sus alrededores. El campo de golf, por ejemplo, está en un bosque en Brandeburgo, al norte de Berlín. Evelyn Rack, nuestra montajista, cortó la película para que todo pareciera rodado en un solo lugar.

¿Cómo encontrasteis a la actriz para el papel principal?
Nos llevó bastante tiempo encontrar a la protagonista, y fuimos en varias direcciones diferentes. El casting, para mí, es como volver a escribir. Dependiendo de la actriz que consiga el papel el personaje se convierte en algo diferente. En el último momento, Karl Schirnhofer, mi director de casting, me sugirió a Ioana Jacob. Nos conocimos por primera vez a través de Zoom e inmediatamente me enamoré de ella. En ese momento no estaba claro si ella podría hacerlo, porque trabaja en el teatro en Rumanía, pero luego, por suerte, todo salió bien.

La mayoría de las veces utilizas una cámara fija y la imagen suele estar recortada. ¿Cómo desarrollaste tu concepto visual?
Vi muchas películas junto con mi director de fotografía, Jan Mayntz, y la diseñadora de producción, Elizabeth Kozerski. Durante el proceso de escritura mantuvimos muchas conversaciones sobre el mundo que queríamos crear, también con nuestra diseñadora de maquillaje y peinado, Franziska Mayntz, y nuestra diseñadora de vestuario, Marylin Rammert. A través de los elementos visuales queríamos retratar una realidad cambiada. La cámara actuaba como un acuario: era estática, pero dinámica y siempre un poco distorsionada. Para nosotros era importante jugar con los elementos de un thriller, que es el género perfecto porque infunde miedo. Eso es lo que queríamos trabajar en nuestra película, que también trata del miedo y de cómo el miedo moldea a las personas.

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(Traducción del inglés por Jordi Lloret)

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