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Polonia

Kacper Lisowski • Director de Judges Under Pressure

"Debía permanecer cerca de estas caras"

por 

- En su documental, el director polaco muestra a personas que, a pesar de las acciones recientes de su gobierno, se niegan a que les pongan un bozal

Kacper Lisowski  • Director de Judges Under Pressure

La independencia judicial polaca ha estado bajo amenaza desde que llegó al poder el partido de derecha Ley y Justicia: los que no se ajusten a las ideas del gobierno se arriesgan a perder su trabajo o a ser detenidos. Tratados como disidentes, personas como Igor Tuleya, Waldemar Żurek y muchos, muchos más se niegan a quedarse de brazos cruzados y a dejar que eso suceda, abandonan los juzgados y hablan en las calles. Hablamos con el director polaco Kacper Lisowski sobre su documental Judges Under Pressure [+lee también:
crítica
entrevista: Kacper Lisowski
ficha de la película
]
, que abre WatchDocs y que analiza esta situación.

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Cineuropa: ¿Por qué decidiste hablar sobre ese tema? A pesar de haber recibido cobertura internacional, sigue siendo un tema muy local.
Kacper Lisowski: La idea surgió de Iwona Harris, una productora creativa y participativa, que demostró mucha valentía al hacer esta película. Se reunió con la jueza Urszula Żółtak, y se dio cuenta de que sucedían muchas cosas. Los jueces iban a festivales de rock, a encontrarse con las personas. Muchos asumieron que sería seguro y pacífico entrar en esta profesión. Sin embargo, no estaba claro cuánto teníamos que explicar para que las personas se comprometieran emocionalmente con su situación. Una vez, grabé al juez Paweł Juszczyszyn en una de las manifestaciones. Me centraba en su rostro; podía ver los nervios. Resulta que, aunque no conozcamos todos los detalles, ver a este hombre luchar por su dignidad nos hace quererlo igualmente. A partir de entonces, sentí que tenía que permanecer cerca de esas caras.

Un juez está sentado de brazos cruzados sin camisa, otro dice que, a esas alturas, sólo está impulsado por la nicotina. ¿Estabas intentando mostrarlos en escenarios más íntimos?
Necesitaba asegurarme de que se sentían seguros. Fue un proceso largo porque estuvieron sometidos a ataques de odio durante mucho tiempo. Una vez que empezamos a grabar, se descubrió que el Ministerio de Justicia estaba detrás del odio vertido hacia ellos en internet; luego vino la “ley mordaza” [un controvertido borrador de ley que aspira a disciplinar a los jueces que cuestionan las reformas judiciales del gobierno]. El conflicto se intensificó. Queríamos mostrar cómo estas personas están siendo aplastadas, mostrar sus manos temblorosas. La realidad que muestran los medios es superficial; te deja indiferente. Necesitábamos encontrar otro camino. Hubo un encuentro con ciudadanos donde el fiscal Krzysztof Parchimowicz dio un discurso. Inicialmente, quería mostrarlo con Igor Tuleya, en una situación informal, fumando un cigarro, pero estaba diciendo cosas muy interesantes en esa habitación llena de personas. Creo que lo más difícil fue equilibrar las capas informativas y emocionales de la historia. Me sentí muy tranquilo en el IDFA, donde se estrenó la película, cuando el público pudo seguir a estos personajes sin ningún problema.

Probablemente, muchos reconozcan estas situaciones, ya que varios países luchan contra las tendencias autoritarias. Alguien menciona aquí que lo peor todavía está por llegar. ¿Cómo haces una película sabiendo que eso puede ser cierto?
Son personas hermosas los jueces, pero también los ciudadanos, que se niegan a dar su brazo a torcer. No siempre tienen una cámara en las manos; a veces es sólo un trozo de papel. Es una película para ellos. Cuando estalló la pandemia, no tuvimos contacto con nuestros personajes durante seis meses. Temíamos haber esperado demasiado tiempo porque la película podía quedar desfasada. En este mundo legal, todo ocurre de forma muy lenta. La idea de esperar un final espectacular no tenía sentido, aunque más adelante ocurrieron hechos importantes. Los mencionamos en los créditos.

La banda sonora es interesante, ya que da un aire punk al conjunto.
La idea surgió de este festival de rock donde vimos a los jueces por primera vez. Ahora veo que la música también nos permitió expresar cierto punto de vista: decir cosas que ellos no podrían porque son demasiado cultivados o contenidos. Por eso, todas las letras están traducidas. Gracias a esas canciones, la película tiene un carácter rebelde; hay rabia. No es un documental correcto y aburrido sobre abogados. Da energía.

Esta energía también surge de las escenas que muestran las protestas, que todavía están en curso.
Sí, ya ni siquiera sabes contra qué protestas. Es aterrador. Cuando estaba en vigor el discurso de los que están en el poder, los jueces eran descritos como una casta, la “aristocracia judicial”. ¡Pero ellos son los que nos defienden de los abusos de poder! Por eso, también necesitábamos mostrar a las otras personas, a los ciudadanos.

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(Traducción del inglés)

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