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ARRAS 2021

Sabine Lubbe Bakker y Niels van Koevorden • Directores de Becoming Mona

"Buscamos la manera de mostrar el lado (tan) humano de perderse a uno mismo"

por 

- Los dos cineastas neerlandeses, gandores del Gran Premio del Jurado en el Arras Film Festival, analizan la peculiar naturaleza de su primer largometraje de ficción

Sabine Lubbe Bakker y Niels van Koevorden  • Directores de Becoming Mona
(© Aurélie Lamachère/Arras Film Festival)

Premiada este año con el galardón a la mejor dirección en los Becerros de Oro, así como con el premio Ensor a la mejor coproducción, Becoming Mona [+lee también:
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, de Sabine Lubbe Bakker y Niels van Koevorden, acaba de recibir el Gran Premio del Jurado en la 22.ª edición del Arras Film Festival.

Cineuropa: Con Becoming Mona, ¿queríais ofrecer un retrato concreto de Mona o una visión más amplia de toda la familia?
Sabine Lubbe Bakker: Adaptamos una novela de Griet Op de Beeck, pero para ofrecer un retrato de Mona, necesitábamos presentar el de la familia, ya que ella es así debido a su contexto familiar. Por tanto, se trata de un retrato de Mona, pero realizado a través de la idea de que fue moldeada por las personas que la criaron, hasta tal punto que tiene problemas para comprender quién es.

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Niels van Koevorden: Es una película sobre relaciones familiares, o la ausencia de relaciones familiares, ya que funciona en ambos sentidos.

¿La estructura en tres partes ya estaba presente en la novela?
S.L.B.: Sí, y nunca dudamos sobre el hecho de mantenerla. Era importante para mostrar hasta qué punto el tiempo empeora las cosas. Normalmente, decimos que las cosas mejoran con el tiempo, pero eso no es lo que ocurre. El tiempo que pasa y que no mostramos en la película deja claro que no hay cambios milagrosos que nos conviertan en mejores personas. En la primera parte, Mona tiene nueve años, en la segunda 25, y en la tercera alrededor de 35.

¿Cómo trabajasteis para acercaros al drama de forma tan cautelosa, sin llegar a caer en algo excesivo?
N.v.K.: El objetivo principal, dentro del enfoque general de la película, era dar a los actores el mayor espacio posible para que sus interpretaciones fueran genuinas. Necesitábamos que la cámara pudiera moverse, la menor iluminación artificial posible y mucho tiempo para trabajar con los actores para que pudieran sumergirse por completo en sus papeles.

S.L.B.: No obstante, también buscábamos esa frontera con el drama, porque creo que en la vida real puede ser mucho peor. También hemos dirigido documentales y, por ejemplo, durante las cenas familiares de Navidad, suelen surgir discusiones porque la mayoría de nosotros no somos personas sanas, organizadas y equilibradas todo el tiempo. Buscamos la manera de mostrar el lado (tan) humano de perderse a uno mismo. Trabajamos con los actores en esta dirección, para que se sintieran totalmente protegidos en el rodaje y pudieran dejarse llevar y confiar en nosotros de verdad, para tratar de descubrir hasta dónde podían llegar sin ninguna restricción. Por ejemplo, el personaje de la suegra también tenía que transmitir una sensación de peligro, y la bofetada que le da a Mona fue resultado de la improvisación. Durante el montaje, pusimos especial atención y cuidado en esos momentos en los que el espectador puede llegar a sentir rabia ante el comportamiento de los personajes.

N.v.K.: También fue una decisión consciente acercarnos más al drama, porque sobre el papel, la película se presentaba como una tragicomedia. Por otra parte, es cierto que el personaje de la suegra también tiene potencial cómico, hay algo en ella "más grande que la vida".

La película es muy rica en sorpresas. ¿Provienen todas de la novela?
S.L.B.: Después de leer la novela, nos preguntamos durante un año cómo hacer una película a partir de ese material. Teníamos que apoderarnos de esta historia, conectar con ella a nivel personal.

N.v.K.: En el mundo documental del que provenimos, lo que solemos hacer es entrar en una habitación, observar una escena e intentar captarla. Y eso solo ocurre una vez. Queríamos trabajar así en un rodaje de ficción. Por tanto, esto conlleva mucha improvisación, pocos ensayos y una puesta en escena que cambia y se perfecciona en cada toma. La cámara baila con los actores.

S.L.B.: También intentamos sorprendernos a nosotros mismos.

¿Estáis trabajando en algún nuevo proyecto?
N.v.K.: Estamos desarrollando una serie sobre diez monjes. Al final de cada episodio, uno de los monjes muere o se marcha. Las relaciones humanas vuelven a estar en primer plano, pero con un registro más ligero y menos dramático que el de Becoming Mona.

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(Traducción del francés)

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