10/11/2021 - Hemos hablado con el director italiano sobre su primer largometraje, una película de terror presentada en competición en el Trieste Science+Fiction Festival

Hablamos con Mattia Temponi en el Trieste Science+Fiction Festival, un director cuyo primer largometraje, El nido [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Mattia Temponi
ficha de la película], se proyecta en la Selección Oficial del evento. La película trata de una joven (Blu Yoshimi) y un voluntario (Luciano Cáceres) que están atrapados en un refugio, escondidos de una pandemia zombi. Es una mezcla entre una película de terror y una obra de teatro que se convierte en una reflexión sobre el mundo real, a la luz de la pandemia.  

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Cineuropa: La película está ambientada en una zona no especificada, pero está grabada en español. ¿Cómo surgió esta colaboración entre Italia y Argentina?
Mattia Temponi: Conocer a la productora Rosanna Seregni fue un factor clave en esto. El guion, que escribí en 2015 con Gabriele Gallo y Mattia Puleo, permitía varias opciones de producción. Consciente de cuáles eran los límites y el potencial de la historia, Rosanna pensó inmediatamente en Latinoamérica, y sugirió que participáramos en Blood Window, un programa para cine de género en el mercado Ventana Sur. Obviamente, fue una experiencia extraordinaria. A ella se le ocurrió la idea de una coproducción con Argentina y de usar la lengua española para hacer la película más internacional. Tenía que ser una colaboración más que financiera, que no sólo girase en torno a las ventas internacionales y a los mercados potenciales; también tenía que ser artística. Esto no sólo me permitió trabajar con un actor, Luciano Cáceres, al que yo describiría como el mejor de su generación, sin exagerar, pero también con un músico increíble como Julián Vat, el director de Quinteto Fundación Astor Piazzolla. Esta contribución artística sólo podía proceder de Argentina.  

La música de la película está muy alejada de la típica música de las películas de terror.
Además del tango, la música de Argentina está impregnada de un espíritu que combina amor, vida y muerte con una languidez constante, que nunca llega a dominar la película.  

¿Puedes hablarnos de los misteriosos hexágonos que parecen dominar la escenografía?
De inmediato, la diseñadora de escenografía Giada Calabria y yo hicimos una aproximación temática y luego visual, con la idea de que “el nido” representara una sociedad extremadamente rígida y sectorial, así que buscamos una figura que pudiéramos replicar de forma obsesiva: en la naturaleza, los hexágonos son formas geométricas que aprovechan muy bien el espacio, como las celdas en una colmena.

¿Cómo fue grabar en un espacio reducido con sólo dos actores?
Fue un gran desafío. Decidí que la mejor solución era pensar en la película como si fuese un baile, un baile donde te alejas y luego te acercas, un baile de violencia, seducción y dulzura. Pasamos mucho tiempo con nuestros actores y la cámara terminó revoloteando alrededor de ellos. Los planos secuencia fueron el resultado de esto.  

¿El Covid-19 tuvo un impacto en la película y es una película impactante de forma más general?
El guion ya estaba escrito; funcionó y recibimos financiación, así que estaba “a salvo”. No hace falta decir que, mientras estábamos grabando, nos dimos cuenta de que en realidad estábamos presenciando que una pandemia peligrosa ocurría de verdad. Pero creo que ya había algo en el subconsciente de los autores y guionistas. De alguna manera, sabíamos que la próxima crisis no sería una guerra, sino algo más natural. Quizás pensábamos en una crisis climática...

Hay otro tema importante en la película: la violencia doméstica, sobre todo contra las mujeres.
Era el tema principal mientras estábamos escribiendo el guion: la idea de hablar de un lugar que parece ser un espacio seguro, pero que en realidad no lo es; una persona que parece ser un “salvador”, pero que en realidad no lo es; una criatura que parece ser un monstruo, pero en realidad no lo es. Queríamos trastocar la forma defectuosa del género zombi nacido en Estados Unidos: cuando estalla el apocalipsis zombi, la sociedad se derrumba y lo único que queda es la familia. Pero eso es totalmente falso, o es falso en muchos casos porque hasta ahora ha sido muy rígido y jerárquico; no es un lugar seguro de ningún modo, forma o manera. Y eso no es cierto para las mujeres, que son las principales víctimas del patriarcado; pero también es peligroso para muchas otras personas que pueden no ajustarse a la definición clásica de masculinidad o normalidad.

¿Planeas hacer más películas de terror?
Estoy más a gusto con películas de género porque una metáfora siempre encuentra su camino en la historia y eso te permite ver el mundo desde otro punto de vista, sin tener que decir algo de forma explícita.

(Traducción del italiano)