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Maite Alberdi • Directora de El agente topo

“Los ancianos se atreven a decir lo que piensan”

por 

- La cineasta chilena ha logrado un éxito espectacular con su nueva película desde que se presentó en Sundance hasta su nominación a Mejor Documental en los Óscar, pasando por San Sebastián

Maite Alberdi  • Directora de El agente topo

Tras proyectarse con éxito en la Competición World Cinema Documentary del Festival de Sundance y en Karlovy Vary, El agente topo [+lee también:
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ganó el Premio del Público a Mejor Película Europea en el pasado Festival Internacional de Cine de San Sebastián, ahora es candidata a los próximos Óscar en la categoría de Mejor Documental, y llega este viernes a las salas españolas. Charlamos con su directora, Maite Alberdi.

Cineuropa: La tecnología ocupa un lugar importante en la trama de tu último film: ¿crees que supone un gran misterio para los más mayores o se van adaptando a ella a su propio ritmo?
Maite Alberdi: Sin duda, la parte de la tecnología y cómo la usa nuestro protagonista provoca risas y carcajadas del público: es un momento que siempre celebra. Ha sido un recurso que provoca la empatía con nuestros mayores y la ternura del público, que reconoce las situaciones como cercanas con sus padres y abuelos. Todos intentamos adaptarnos a una velocidad de vértigo. Nuestro agente topo tiene mucho mérito con este aprendizaje y reto. 

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En tu anterior largometraje La Once ya fijabas tu mirada en la tercera edad, algo no muy habitual en el cine. ¿De dónde surgió ese interés?
Me interesa el mundo de los grandes porque ofrece muchos temas posibles. No hay ideas unívocas sobre la vejez. Yo no creo en etiquetar a grupos, me pasaba lo mismo con las personas con síndrome de Down, que están en mi película Los niños [+lee también:
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, y que muestra lo diversas que son. Los viejos están en una edad en que les pasan muchas cosas. Son personas que se atreven a decir lo que piensan, que se están despidiendo de amigos, que están cambiando mucho. Una de las participantes de La Once me decía que entre un niño de un año y uno de dos hay un mundo de diferencia: pasa lo mismo con una vieja de 81 y una de 82. Yo, que me dedico a filmar el presente y busco acciones palpables en la realidad, encuentro eso en la vejez: cambios evidentes que me permiten narrar. La diversidad de historias y personajes es enorme, no se agota. Creo que podría hacer diez películas más sobre esto mismo, porque no es un tema: la vejez es un contexto. 

En este momento de pandemia, las residencias de ancianos son espacios especialmente vulnerables. Tú has situado en una de ellas la acción del film: ¿pensaste algún día que algo así podría pasar?
Hubo muchas pérdidas debido a la Covid, las personas mayores fueron las más afectadas. Pero lo más fuerte es pensar que en este lugar había una pandemia anterior: la de la soledad. Ellos ya estaban aislados socialmente, las puertas de su hogar estaban metafóricamente cerradas antes del confinamiento. Muchos de ellos no tenían visitas. O funerales donde no llegaban los familiares. Claro, la pandemia los obligó a confinarse y a cerrar las puertas de manera oficial. Pero había un cierre que ya había sucedido simbólicamente: las personas no estaban entrando y ellos estaban en una burbuja de aislamiento.

La película ha pasado por festivales como Sundance, San Sebastián y Karlovy Vary. ¿Han sido las reacciones del público diferentes o hay un nexo común?
El documental fue rodado pre pandemia y así se vio en Sundance y ahora, post pandemia, fue impresionante ver cómo el público español (en el Festival de Cine de San Sebastián, en Abycine) leía la película desde otro lado. El film se volvió muy doloroso para ellos, porque les revela una realidad que hasta antes del coronavirus no habían visto. Yo aspiraba a que, después de verla, los hijos, los nietos llamaran a sus viejos para saber cómo estaban y ese sigue siendo mi deseo, porque a mi juicio la realidad dentro de las residencias no ha cambiado. Antes de la pandemia me tocó grabar muchos funerales donde había solo residentes y trabajadores del hogar, ni un solo familiar. ¿Para quién fue reveladora la pandemia del abandono en que viven los adultos mayores? Para los que están fuera, porque en las residencias la gente ya estaba sola, aislada, muriendo sin compañía, ahí y en muchos otros lugares, como en sus propias casas. Yo no hago teoría política, yo filmo experiencias y, a partir de ellas, muestro las crisis de la sociedad actual. Ver la emoción del público en San Sebastián me golpeó y me hizo darme cuenta de lo contingente que se volvió El agente topo este año a causa de la pandemia.

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