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IFFR 2021 Limelight

David Verbeek • Director de Dead & Beautiful

"No es una película de vampiros, no es una película de paso a la adultez, no es una película de autor... no sé lo que es"

por 

- Hemos hablado con el director holandés, que intenta llegar a un mayor público con su nueva película

David Verbeek • Director de Dead & Beautiful

Estrenada mundialmente en la sección Limelight del IFFR, la nueva cinta de David Verbeek, Dead & Beautiful [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: David Verbeek
ficha de la película
]
, se centra en un grupo de amigos súper ricos. La historia demuestra que, aunque el dinero no puede comprar la felicidad, sí puede conseguirte unos colmillos.

Cineuropa: Estamos tan acostumbrados a las historias sobre vampiros que incluso tus personajes lo mencionan abiertamente en la película. ¿Por qué decidiste volver a este género?
David Verbeek:
En un momento determinado, uno de ellos dice: "No estamos en una película". Hay todo un nivel de meta-realidad, porque si vas a hacer una película sobre vampiros en 2020, debes abordarla de una forma diferente. Estos jóvenes súper ricos, conocidos en China como "la segunda generación" de ricos, fueron el punto de partida. Puedes encontrarte a muchos en ciudades como Pekín o Shanghái, y ahí es donde se materializó la idea hace más de diez años. Los vampiros siempre han sido unas élites místicas, derivadas de nuestro miedo a la gente que vive en castillos y que tiene poder. Si observas el mundo hoy en día, lo que está pasando con el “1%”... Quizás por eso este género siempre vuelve. Existe una tensión entre la gente que acumula casi toda la riqueza y el resto de nosotros, incluso en la época Trump, cuando Estados Unidos tenía un presidente millonario que mezclaba hechos y opiniones.

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También hay muchas historias sobre los pasatiempos de la gente rica, como en Crueles Intenciones, un subestimado clásico moderno. Son tan jóvenes, y al mismo tiempo parecen tan aburridos.
Tal vez la riqueza extrema acelera el tiempo. Los vampiros se aburren porque han vivido miles de años, pero si eres tan rico y tu único propósito es divertirte, el tiempo también pasa muy lentamente [risas]. No son personajes muy agradables, pero tampoco quería demonizarlos. Quería profundizar en el dolor que conlleva ese estilo de vida, en la psicología de las élites. Supongo que por eso la película se vuelve más emotiva. No pueden conectar con el resto de la gente, porque la mayoría quieren aprovecharse de ellos, así que se mantienen juntos. Acaban casándose entre ellos, como muchas de las celebridades de Hollywood, pero también compiten entre ellos y necesitan experimentar algo nuevo todo el tiempo. Por eso sus amistades son un poco incómodas, porque se basan en probar qué sentimientos son reales.

No solemos ver películas tan deslumbrantes en un festival. Citando a Pasarela a la fama, la tuya “parece cara”. ¿Podríamos decir incluso que comercial?
Queríamos que la estética de la película fuese deslumbrante y rica, porque ese es el mundo en el que estamos entrando. Al mismo tiempo, también era un intento de llegar a un público más amplio. No quería ser elitista y decir: “Voy a hacer una película sobre estas personas millonarias, pero dirigida a un público muy especializado en cine de autor” [risas]. Quería que fuera sorprendente y que estuviera constantemente un paso por delante del público, que poco a poco se da cuenta de que estos personajes se encuentran en un espacio mental muy incómodo, y que esto se debe realmente a su dinero. Fue una elección consciente, quería hacer una película que atrajese a un público más amplio, pero sigue siendo experimental. Realmente no se puede definir con un género. No es una película de vampiros, no es una historia iniciática, no es una película de autor... no sé lo que es.

Esta atmósfera claustrofóbica y la burbuja en la que viven también pueden resultar divertidas. Cuando las cosas se ponen feas, alguien dice: “Voy a llamar a mi helicóptero”.
También me he referido a ella como una comedia negra a lo largo de los años. ¿Qué es realmente? Para muchas personas que llevan este estilo de vida tan lujoso, su mundo es muy pequeño, y no están en contacto con diferentes tipos de personas. Esa es la cuestión: no interactúan con los demás. Lo curioso es que hicimos la película en Taiwán, donde no hay tanta riqueza excesiva en comparación con la China continental. Queríamos que los protagonistas viviesen en villas espectaculares, pero cuando visitamos las casas de los ricos en Taiwán, descubrimos que en realidad viven más modestamente. No les gusta la ostentación. Acabamos alquilando un lugar donde el presidente tomó posesión hace 50 años, creando una realidad surrealista.

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(Traducción del inglés)

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