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BLACK NIGHTS 2020 Competición óperas primas

Eugen Jebeleanu • Director de Poppy Field

Poppy Field es una película que habla principalmente del amor y de la imposibilidad del amor"

por 

- Hemos hablado con Eugen Jebeleanu, cuyo primer largometraje, Poppy Field, ha tenido su estreno mundial en la Competición óperas primas del Black Nights de Tallin

Eugen Jebeleanu • Director de Poppy Field

El director rumano Eugen Jebeleanu, que cuenta con una experiencia considerable en ópera y teatro, presenta su primer largometraje, Poppy Field [+lee también:
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entrevista: Eugen Jebeleanu
ficha de la película
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, una de las pocas películas rumanas LGBTQ+. Hablamos con el director sobre cine militante y sobre su primer largometraje, estrenado en la Competición ópera Prima del Festival de Cine Black Nights de Tallín.

Cineuropa: Probablemente seas el único director de cine rumano abiertamente homosexual. ¿Qué te parece que las películas de temática LGBTQ+ sean un hecho reciente en Rumanía?
Eugen Jebeleanu: Me parece muy bien que existan este tipo de películas, aunque sean recientes. Probablemente, el interés mundial por estos temas llevó a una nueva generación de directores y guionistas a ser mas conscientes de lo que una persona LGBT tiene que soportar a diario. Además, creo que los debates iniciados por el referéndum [un referéndum constitucional de 2018, donde se pedía a los rumanos que votaran por un cambio en la constitución para que el matrimonio se definiera explícitamente como la unión entre un hombre y una mujer] aumentaron el interés por los derechos LGBT. Aunque todavía no hayamos ganado la batalla y las relaciones entre personas del mismo sexo no sean legales [en Rumanía], tenemos la esperanza de que un día, esperemos que pronto, no haya tanto odio, discriminación y homofobia en el país.

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Ioana Moraru escribió el guión, ¿tú también participaste en el proceso de escritura?
Cuando conocí a Ioana, el primer borrador ya estaba hecho y me gustaron mucho la estructura, la escritura y la temática. Algunos personajes se desarrollaron de forma más plena y se hicieron más presentes; pero el trasfondo, ritmo y el conflicto principal de la historia permanecieron intactos. Después de empezar los ensayos con los actores, Ioanna asistió a algunos de los ensayos e hizo cambios en el guión cada vez que sentía que alguna situación o relación entre los personajes necesitaba cambios. No escribí ni una palabra en el guión; Ioana lo hizo todo. Pero el diálogo entre nosotros se basó en escuchar.

Eres un director de teatro experimentado, y Poppy Field es tu primera incursión en el cine, ¿tuviste dificultades para cambiar de un medio a otro?
Afortunadamente, tuve un equipo técnico, artístico y de producción fantásticos. Velvet [Moraru, el productor] me ofreció un entorno de trabajo muy protector, así que nunca me sentí abrumado por el alcance del proyecto. Desde mi experiencia en el teatro, quería aportar la honestidad y la valentía de contar historias relevantes, sean delicadas u ofensivas, pero siempre con cierta ternura, aunque lo que se cuenta sea grave, violento o brutal. Marius Panduru [el director de fotografía] estuvo muy atento mientras trabajamos juntos, y siguió cada pensamiento, propuesta e idea mías con una dedicación que es casi peligrosa cuando colaboras con un director novel. Esto me ayudó a confiar tanto en mí mismo como en nuestro trabajo. Me sugirió que no cambiara nada de mi enfoque teatral, simplemente que tuviera en cuenta que la cámara reemplaza al público.

¿Te gustaría que tu película iniciara un debate en Rumanía? ¿O crees que su proyección podría ser interrumpida por manifestantes anti gays?
Por supuesto que espero un debate. Si se interrumpiera una proyección de la película —algo que no me gustaría que ocurriera por el mismo motivo— sería interesante observar y debatir qué causó dicha situación. Creo que, como artistas, debemos crear debate y desafiar a la sociedad. Nunca deberíamos caer presas del miedo, sino que deberíamos “abusar” de la libertad de expresión que tenemos en el escenario, en la pantalla o en cualquier trabajo creativo. Para mí, Poppy Field es una película sobre la identidad, sobre la dificultad de ser libre, sobre la censura y la autocensura y, sobre todo, sobre el amor y la imposibilidad de amar.

Tu película no propone soluciones para su protagonista. ¿Esa era la intención desde el principio?
Tanto Ioana como yo queríamos que el protagonista fuese capaz de “respirar”, de tener suficiente espacio para vivir a través de varias situaciones del presente, dejarlo navegar su propia incertidumbre y su inquietud, y descubrirse a sí mismo, sin forzar una fatalidad. Por supuesto, nos hicimos muchas preguntas sobre quién era ese hombre, de dónde venía y hacia dónde se dirigía, pero esas preguntas no estaban determinadas por su identidad sexual, ya que no es el único aspecto importante de su perfil.

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(Traducción del inglés)

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