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ZÚRICH 2019

Andrea Di Stefano • Director de The Informer

"A los criminales les encanta hablar sobre sí mismos"

por 

- Siguiendo los pasos de Andrea Di Stefano, el director de The Informer, Cineuropa se zambulló en el submundo de la mafia polaca de Nueva York

Andrea Di Stefano  • Director de The Informer

El thriller criminal británico The Informer [+lee también:
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, dirigido por Andrea Di Stefano, originario de Roma, y protagonizado por Joel Kinnaman, Rosamund Pike y Clive Owen, además de Mateusz Kościukiewicz (protagonista de Mug [+lee también:
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), fue presentado en el Festival de Cine de Zúrich como parte de la sección Gala Premieres. Basado en la novela Three Seconds, intercambia Suecia por la mafia polaca. Hablamos con el director para descubrir más.

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Cineuropa: Decidiste concentrarte en el crimen organizado polaco, sin mencionar que transportaste la historia a Nueva York. ¿Por qué tantos cambios?
Andrea Di Stefano:
Originalmente, se ambientó en Suecia, pero al tener a Joel (Kinnaman, nacido en Estocolmo), simplemente pensé que era la mejor elección. En mi visión superficial de la gente polaca, tenía una cara lo bastante polaca [se ríe]. Los criminales polacos de Greenpoint han estado siempre muy presentes, y gracias a eso pude crear un reparto que me encanta. Estaba tan fascinado por sus habilidades y siempre les animaba a improvisar. Cuando siento que hay talento, les doy rienda suelta. Estoy haciendo mi próxima película en Polonia, también (un proyecto sin título sobre Jan Karski), y aunque no hablo el idioma cuando siento algo tan orgánico no tengo problema con ello. Tiene gracia porque una vez que grito "corten", me traducen las lo que dicen mis actores y… ¿Qué puedo decir? A veces nos hacían falta estas profanidades en polaco.

El personaje de Joel Kinnaman, Pete Koslow, no habla de sí mismo. Se descubren cosas sobre él a través de otras personas.
Si alguien habla mucho de su pasado, normalmente está mintiendo. Tener a alguien que nos da esa información, como una especie de coro en una tragedia griega, es mucho más efectivo. Para mí, el hecho de que esté luchando contra estos tres gigantes (el FBI, el inframundo del crimen polaco, y el departamento de policía de Nueva York) lo convierte en una criatura casi mitológica, pero era importante permanecer anclados en la realidad. Hablé con mucha gente que trata con informadores cada día, y la mayoría de los detalles que acabaron en el guión provienen de sus historias. Hablé con el agente que se jubiló antes de que hiciésemos la película; el tipo que básicamente arrestó a todo el grupo de Gambino. Esta gente tiene un trabajo terrible. A veces les cogen cariño a los informadores, pero si tienen que tomar una decisión no dudan ni un segundo. Es difícil entenderlo, para nosotros, pero están extremadamente comprometidos. No se hacen millonarios por ello, y aún así cada vez que salen de casa no saben si van a volver.

Parece que estos no son mundos tan secretos, al fin y al cabo.
Te sorprendería a cuantos criminales les encanta hablar de sí mismos. Les encanta el cine y todos y cada uno de ellos está convencido de que lo que ve en pantalla no es nada comparado con lo que vive cada día, rezando porque alguien llegue y le escuche. Seré democrático en esta afirmación: todos son iguales en ese respecto, de los asesinos de Escobar a la mafia italiana.

El informador con el que hablé era de origen ucraniano. Esta gente se siente fuera de lugar y quiere ser vista. Así que se juntan, y una vez que pueden conducir ese Mercedes sienten que existen. Pero una vez que este discurso de "soy fuerte, soy un criminal" se desgasta, te cuentan la verdad. Fue capaz de admitir que la gente a la que mandó a prisión era los únicos amigos que jamás había tenido.

Presentas a Pete una vez se ha cambiado de bando. Y ser un "chivato" no es tan conflictivo, porque nadie siente ninguna simpatía en el otro bando.
Al principio, quería hacer su elección más difícil. Pero cuando empecé a estudiar el mundo del crimen, me di cuenta de que somos víctimas de una regla que dice que tenemos que tener simpatía por todo el mundo. No creo en eso. Conocí a algunos de esos tipos, y cuando ves la mirada en sus ojos sabes que no echarías de menos a ninguno de ellos.

Dado que tu última película fue Escobar: Paraíso Perdido [+lee también:
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, ¿de dónde surge tu interés por el inframundo del crimen?
Odio las películas de acción; nunca voy a verlas y no me gusta la violencia de por sí. En esta película, solo tenía una secuencia con un accidente de coche, y aún así la corté. No me interesa coreografiar secuencias de acción. Pero historias sobre gente ordinaria en circunstancias extraordinarias, intentado salvarse a sí mismos, eso es otra cosa.

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(Traducción del inglés por Angélica Ramos)

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