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VENECIA 2019 Orizzonti

Katrin Gebbe • Directora de Pelican Blood

"Me interesan las personas en los márgenes de la sociedad, y me gusta cavar hondo en las razones por las que han acabado ahí"

por 

- VENECIA 2019: Hemos hablado con la directora y guionista alemana Katrin Gebbe sobre su segundo largometraje, Pelican Blood, que inauguró la competición Orizzonti

Katrin Gebbe • Directora de Pelican Blood
(© Birgit Heidsiek)

Cineuropa habló con la escritora y directora alemana Katrin Gebbe (Nothing Bad Can Happen [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
) sobre su segundo largometraje, Pelican Blood [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Katrin Gebbe
ficha de la película
]
, que abrió la competición Orizzonti en el 76º Festival de Cine de Venecia. Este drama cuenta la historia de una madre soltera que adopta una segunda hija, que se vuelve agresiva hasta suponer un peligro para sí misma y aquellos a su alrededor.

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Cineuropa: En tus películas te gusta mostrar personajes muy extremos. ¿Qué hace que te interese la gente que tiene comportamientos tan extremos?
Katrin Gebbe: Me interesan las personas en los márgenes de la sociedad, y me gusta cavar hondo en las razones por las que han acabado ahí. Me gusta contar historias que desafíen a la audiencia. Crecí en una familia muy acogedora, pero durante mi adolescencia me di cuenta de que había personas en mi pueblo que escondían secretos de puertas para dentro. Por ejemplo, nuestros vecinos torturaban a su hijo mayor. Me parecía emocionante descubrir qué tipo de familia podían ser. Pero no estoy juzgando a nadie. La mayor parte de la gente quiere ser buena persona.

¿Qué tipo de documentación realizaste para Pelican Blood?
Después de Nothing Bad Can Happen, me documenté mucho sobre el bien y el mal. Quiero averiguar cómo la gente se vuelve malvada. ¿Sufren algún tipo de trauma? ¿Vivieron experiencias negativas en el pasado? ¿O acaso nacieron así? Esto forma parte del personaje de la niña pequeña. La pregunta es si es posible tener un impacto en la vida de un niño que sufre un trauma y ha sido adoptado y, de ser así, ¿qué es lo que haría falta para ello? Pelican Blood es sobre la metamorfosis de la actriz principal ya que no solo es la niña la que tiene que cambiar, sino también la madre.

¿Qué personaje consideras que está más loco? ¿La madre o su hija?
Discutí con la actriz principal Nina Hoss qué podía considerarse “normal”. Tener un hijo es un desafío, y el miedo a que este niño haga daño a sus hermanos genera mucha presión en los padres. Una situación que puede colocarte al borde de la locura. Al final ella tira la toalla porque, de otro modo, sería incapaz de encontrar una solución satisfactoria. Hay algo de verdad en la historia porque lo “normal” en nuestra sociedad no es algo inamovible, ya que la gente cambia. Y cuando vemos cómo actúan las personas de puertas para dentro nos damos cuenta de que nadie es normal. Todos tenemos deseos y miedos.

¿Tuviste que convencer a Nina Hoss de que aceptase este papel tan difícil?
No tuve que convencerla, en absoluto. Le envié el guion cuando estaba casi terminado ya que, cuánto más hay escrito, al actor le resulta más sencillo encarnar su papel y lo hace mejor. Cuando le enviamos a Nina el guion su agente nos dijo que estaba haciendo un espectáculo y que posiblemente tardaría un mes en poder trabajar con nosotros. Un día después, recibimos un mensaje de que Nina participaría. A partir de este punto conversamos con Nina sobre cómo sería su personaje y cuando empezaba el rodaje.

¿Cómo fue trabajar con Katerina Lipovska, que interpreta a la hija pequeña?
El mayor reto siempre ha sido la selección del reparto, ya que necesitas encontrar buenos actores. Los niños pueden ser buenos actores y actuar de una forma muy natural, pero necesita estar todo bien preparado con anterioridad. Hicimos una sesión de casting en de las primeras fases de la producción. Quería trabajar con niños de Bulgaria, que hablasen alemán, con acento, para que fuera más auténtico. Al principio, de hecho, buscaba niños con ciertos conocimientos de alemán, pero no tardé en darme cuenta de que no era una opción. Por lo tanto, opté por contratar a una profesora que enseñó alemán a los niños. Quería que el escogido fuera un niño pequeño, ya que los que van a la escuela se comportan de forma diferente. Que tuviera una energía pura y natural.

Katerina, la más joven de nuestras protagonistas, tenía seis años, pero aún no había empezado la escuela. Cuando la escogimos, se lo pasó muy bien rodando escenas. Más adelante, descubrimos que su madre dirige un teatro infantil y prepara a niños para actuar, por lo que Katerina ya había participado en varias obras. Es muy buena actriz. Podría decirse que nos tocó la lotería, ya que su madre había instruido y había trabajado con ella durante meses.

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(Traducción del inglés por Raúl Alcantarilla)

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