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KARLOVY VARY 2019 East of the West

Karolis Kaupinis • Directora de Nova Lituania

“Uno se reconoce mejor en el pasado que en el presente”

por 

- Hemos entrevistado al director lituano Karolis Kaupinis para saber más sobre su primer largometraje, Nova Lituania

Karolis Kaupinis • Directora de Nova Lituania

Tras obtener relevancia gracias a varios cortos con buena recepción, incluyendo The Noisemaker, estrenada en Locarno en 2014 y Watchkeeping (2017), el director lituano Karolis Kaupinis hace su debut en el formato largometraje con Nova Lituania [+lee también:
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tráiler
entrevista: Karolis Kaupinis
ficha de la película
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, que acaba de estrenarse mundialmente en la competición East of the West del Festival de Cine de Karlovy Vary. El film es un análisis de la compleja situación política en la Lituania de los años 30, donde un profesor de geografía lituano ingenia un plan para salvar su atribulado país. ¿Pero puede salvar a su propia familia? Cineuropa ha entrevistado a Kaunipis para saber más sobre este primer largometraje.

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Cineuropa: ¿Puedes contarnos algo más sobre Kazys Pakstas (en cuyo trabajo se basa la película) y cómo sus obras te inspiraron para realizar Nova Lituania?
Karolis Kaupinis:
Pakstas es uno de los fundadores de la ciencia lituana moderna, mayormente conocido en el país por su idea de una “reserva lituana”: un pedazo de tierra que podría ser una manera de asegurar la continuidad del estado de Lituania en caso de que el país real fuese colonizado. Era el futuro que vislumbró a principios de los años 30, y nadie le creyó de verdad (o no se atrevieron a hacerlo) hasta que en 1940 fue demasiado tarde. Lo cierto es que sus predicciones y su solución le convirtieron enseguida en un excéntrico a ojos de sus compatriotas. Lo percibo como un idealista con la maldición de Casandra. Supongo que sabía que era uno. Debió ser muy duro, casi trágico. Trágicamente absurdo.

Hay un aura de sátira latente a lo largo del film, ya que refleja el estado de la política actual.
Es una de las razones por las que decidí hacer una película de época, al fin y al cabo. Uno se reconoce mejor en el pasado que en el presente. El pasado es un espejo curvo del presente. A menudo, miramos a la gente del pasado y nos reímos de lo estúpidos, inocentes y cerrados de mente que eran. Pero nos vemos a nosotros mismos: quizás con otra chaqueta, otro peinado o diferente vocabulario, pero somos las mismas personas.

También hay un sentimiento de desesperación ya que, por regla general, la gente se ocupa de sus propios problemas en vez de enfrentarse a una crisis que afecta a todo el mundo.
Yo diría que es justo lo contrario. La gente intenta solucionar algo relacionado con una gran entidad como la “sociedad”, pero son incapaces de resolver algo más personal. Y generalmente, si no encuentran solución a sus problemas personales, tampoco encontrarán soluciones a nivel social. La relación de los personajes entre la esfera privada y la comunitaria me interesó mucho para este film.

Háblanos sobre tu decisión de rodar en blanco y negro. Hay veces que incluso evoca la propaganda cinematográfica.
Supe desde el principio que quería rodar la película en Kaunas, ya que la ciudad tiene una atmósfera particular. Era la capital provisional de Lituania entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. En esta misma ciudad se desarrolló una especie de arquitectura lituana modernista, y quería que esa cualidad estética estuviese presente en la fotografía. No obstante, la herencia modernista es escasa y aparece deslucida. No teníamos suficiente presupuesto para preparar los sets de exteriores e interiores necesarios para rodar en color. Blanco y negro, escenarios nocturnos, interiores, el fuerte contraste entre la luz y la oscuridad… Todo ello ayudó a que esa herencia pareciese nueva. Cuando se tomó esta decisión, empezamos a desarrollarlo hasta crear un estilo.

Esos momentos que te recuerdan a los cortos de propaganda fueron generalmente escenas inspiradas por las fotografías de Vytautas Augustinas. Era un fotógrafo de prensa que cubría eventos oficiales, como fiestas nacionales o importantes eventos gubernamentales. Fotografiaba lo que le mandaban hacer, pero los márgenes o la hora de la foto revelaban que intuía la farsa tras la ceremonia o la miserable humanidad de los oficiales de alto rango.

¿Cómo fue el proceso de selección de Aleksas Kazanavicius como Feliksas, el personaje que se basa en Pakstas?
Había trabajado ya con Kazanavičius en una escena que rodamos durante un taller de “Ekran” en la Wajda School en Varsovia. Era solo un experimento, pero se preparó para el papel concienzudamente, como si fuera una película real. Aprecié mucho aquello. Kazanavičius es un actor que se embarca profundamente en el estudio del personaje que va a representar. Internaliza todo con el tiempo. Entonces, cuando llega el rodaje de verdad, parece no costarle ningún trabajo. Pero es el fruto de un árbol que ha estado cuidando con gran cariño y constancia.

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(Traducción del inglés por Mar Muñoz Lorente)

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