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VENECIA 2018 Fuera de competición

Emir Kusturica • Director

“La vida de Pepe parece sacada de Taxi Driver

por 

- VENECIA 2018: Hablamos con el director serbio Emir Kusturica sobre su recién estrenado documental El Pepe, una vida suprema, dedicado al antiguo presidente de Uruguay José Mujica

Emir Kusturica  • Director
(© La Biennale di Venezia - foto ASAC)

En El Pepe, una vida suprema [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Emir Kusturica
ficha de la película
]
, presentada fuera de concurso en el Festival de Cine de Venecia, y con la ayuda de fragmentos del drama político de 1972 de Costa-Gavras Estado de sitio, Emir Kusturica examina el fenómeno de José “Pepe” Mujica, probablemente el político uruguayo más popular de todos los tiempos, y aún así una persona sencilla.

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Cineuropa: José Mujica vivía de forma bastante modesta, lo que no es muy común cuando hablamos de expolíticos.
Emir Kusturica:
Hace muchos años estaba en Francia y alguien me dijo que había un presidente que conducía un tractor. Vi las fotos y dije: “Esta es mi nueva película”. Es probable que sea la única persona en el mundo que no es corrupta. Dona su sueldo para rebajar el umbral de la pobreza. En la película dice que cuando te elige la mayoría, debes vivir como la mayoría y no como la élite. Acepta lo que sea necesario para mejorar la sociedad.

Durante su vida, “Pepe” había sido un antiguo guerrillero: secuestraba gente, robaba bancos y luchaba contra los fascistas; luego estudió en prisión, y finalmente se convirtió en ministro de Agricultura y en el 40º presidente de Uruguay. Pasó encerrado 13 años y era desplazado de un sitio  a otro sin que nunca lo registraran como preso. Cuando vi a toda esa gente llorando porque se iba, me quedé sorprendido. La situación se descontroló tanto que casi me rompo la pierna intentando sacar una buena foto. Era como si de repente los Rolling Stone vinieran a la ciudad.

¿Por qué decidiste centrarte también en su esposa, la actual vicepresidenta de Uruguay Lucía Topolansky?
Lucía es el mayor secreto de su vida. Cuando se conocieron, ella estaba falsificando documentos para los guerrilleros. Estuvieron separados durante años, y ella habla de cómo se piensa en el otro cuando está lejos y de cómo ayuda ese cariño. En su caso, el activismo político y el amor siempre fueron de la mano. Es curioso, porque cuando finalmente fui a verlos, descubrí que Lucía ya se había leído mis dos libros. “Necesitábamos entender a quién íbamos a conocer”, me dijo.

Has tardado casi cinco años en hacer esta película. ¿Entiendes ahora por qué era tan querido por la gente?
No sé hacer películas en poco tiempo y, en ese sentido, no sigo las tendencias actuales. Pero creo que fue Guy de Maupassant el que dijo que si algún día París se destruía, siempre podrían reconstruirlo a partir de sus libros. Me gusta pensar que hago lo mismo con mis películas porque todas ellas tienen esa noción del tiempo.

Es un hecho que no dejas de ser presidente y sigues esperando que la gente te trate como a una estrella del pop, eso no ocurre. Pero sí que le ocurrió a “Pepe”, y creo que fue por su capacidad de compromiso. Era casi un anarquista, y después terminó siendo este hombre bondadoso. Cuando contemplas su vida, parece casi sacada directamente de Taxi Driver de Scorsese.

¿Te sorprendió su sentido del humor? Muchos políticos intentan hacerse los graciosos pero no suelen lograrlo. No es su caso, cuando te cuenta alegremente que ahora que nuestros teléfonos llevan cámara, también deberían llevar un baño incorporado.
Sí, para los enfermos de próstata [se ríe]. Se enfrenta al mundo de dos maneras casi opuestas. Cuando alguien en la película empieza a decir algo que no le gusta, reacciona, pero también le gusta bromear y decir cosas graciosas. Esa es probablemente su meta en la vida: hacer la vida más fácil. Después de todo por lo que ha pasado, todo lo que puede hacer es reírse o volverse loco. En realidad, tuvimos suerte de poder encontrar a ese chico que parece no estar de acuerdo con sus ideas políticas. Lo quieren tanto que resulta casi empalagoso.

De todos modos, supongo que no fue tan fácil hacer la película, debido a determinados aspectos de su juventud como guerrillero.
Es como un Baruch Spinoza uruguayo: te anima a buscar a Dios en la naturaleza, pero sigue siendo polémico. Cuando estaba buscando financiación, algunas personas me decían: “¿Cómo vamos a apoyar una película sobre un hombre que robaba bancos?”. Cada vez soy más escéptico sobre el futuro del mundo, y especialmente de Latinoamérica. Basta con fijarse en Lenín Moreno, el presidente de Ecuador, que dice que Julian Assange ya no es bienvenido en su embajada. Pero “Pepe” es un caso particular y supremo, como digo en la película. Hay una razón por la que llamaban a Uruguay “la Suiza de Sudamérica”. Cuando te sientes deprimido por todo lo que está ocurriendo, al menos te queda este ejemplo de sociedad próspera. 

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(Traducción del inglés por Marina García Gómez)

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