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VENECIA 2018 Semana Internacional de la Crítica

Anna Eriksson • Director

“Soñaba con Marilyn Monroe”

por 

- VENECIA 2018: Nos reunimos con la exitosa música finlandesa Anna Eriksson para hablar de su debut como directora, M, que se estrenó en la Semana Internacional de la Crítica de Venecia

Anna Eriksson • Director
(© Settimana Internazionale della Critica di Venezia)

Con un nombre reconocido en su Finlandia natal gracias a sus discos de platino, Anna Eriksson va un paso más allá en su multifacética carrera con M [+lee también:
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, un valiente largometraje experimental sobre Marilyn Monroe que ella misma ha producido, escrito, dirigido, editado y al que ha dado banda sonora; todo ello mientras luce una peluca rubio platino para interpretar el papel protagonista. La cinta se estrenó en la Semana Internacional de la Crítica de Venecia.

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Cineuropa: A menudo los cineastas encuentran la figura de Monroe incluso más fascinante que cualquier otro espectador. ¿Por qué piensas que ocurre esto?
Anna Eriksson: Debo admitir que al principio no estaba tan interesada en ella, pero luego leí The Many Lives of Marilyn Monroe de Sarah Churchwell, que era como una biografía que unía todas las que anteriormente se habían escrito sobre ella. Comencé a leer más libros, a ver documentales y todas sus películas. Pensé que debía hacer algo. Yo me dedico a la música, pero ese no me parecía el medio adecuado. Pensé en el videoarte, pero cuando empezamos a rodar, el proyecto explotó.

Pienso que tiene algo que ver con su fragilidad, aunque al mismo tiempo hay mucha fuerza. Cuando pienso en ella, siempre pienso en violencia. Tratándose de Monroe, la sexualidad y la muerte siempre van de la mano, y yo conecto con eso de algún modo. 

Incluso su cara era motivo de comparaciones con la muerte; era famosa por su extraño maquillaje blanco.
Su imagen en la pantalla no me interesa tanto, pero es cierto que hay algo raro en ella. Aún se le suele representar de manera un tanto aburrida. Sufría mucho dolor físico y tuvo que lidiar con trastornos mentales. ¿Cuántas veces intentó suicidarse? Siempre deseas salvarla cuando la miras. Cuando estaba haciendo la película, empecé a soñar con ella. Muchos de los sueños terminaron en la película. Una vez soñé que estaba enfadada y cuando abrió la boca, una polilla se le escapó. En una ocasión, antes de convertirse en una estrella, le dijo a un fotógrafo que quería transformarse en mariposa cuando muriera. 

Tuviste un enorme control sobre la película: te encargaste de la dirección, la edición e incluso el diseño de sonido. ¿Por qué era esto tan importante?
No sabía en lo que me estaba metiendo [se ríe]. No estoy tratando de hacerme un hueco en la industria del cine y no pensaba en M como una película, sino como una obra de arte, lo cual me dio mucha libertad. No me regía por un calendario concreto y creo que no me he sentido nunca tan inspirada en toda mi carrera. He luchado duro por mi libertad en la música, no es algo que haya llegado de la noche a la mañana, han sido muchos años. He producido mis dos o tres últimos álbumes y he escrito todas las canciones, pero no siempre ha sido así. Desearía trabajar así en el futuro, pues creo que el poder de esta película radica en que se ha realizado de manera independiente. A ello se debe su frescura. 

De todas formas, está claro que tu experiencia en la música ha ayudado. En la película has intentado incluso imitar la manera de hablar casi infantil tan característica de Monroe.
Fue muy difícil interpretarla, puesto que ya la habían interpretado de todas las maneras posibles. Es imposible parecerse a ella: puedes intentarlo, pero realmente no funciona. Es por ello que en un primer momento pensé en no enseñar la cara y que solo me grabaran desde atrás, pero hay que respetar esa imagen de Monroe que todo el mundo tiene, y la voz y la forma de hablar es un modo de conseguirlo. Necesitaba algo que fuese puro Marilyn. Algo conocido. 

¿Siempre pretendiste mostrarte tan vulnerable? Te expones muchísimo y centras la atención en el cuerpo, a menudo maltratado y con moretones. Es difícil no apartar la mirada.
Esa era mi intención: el espectador quiere mirar hacia otro lado, pero no puede. Es de lo que debería tratar el arte, de poner a la gente en una situación que no pueda ignorar. Estaba expuesta, pero quería estarlo. Así es como se sentía ella. Debajo de todo su maquillaje, su belleza y su fama, pude sentir esa violencia y ese dolor. Quería mostrar ese lado suyo. Después, cuando surgió el movimiento #MeToo, me di cuenta de que el momento perfecto había llegado por sorpresa.

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(Traducción del inglés por Marina García Gómez)

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