email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

Jean-Paul Civeyrac • Director

“Me gusta el cine donde el heroísmo aparece puesto en duda”

por 

- Con motivo de su estreno en Francia y tras su buena acogida en Berlín, Jean-Paul Civeyrac nos habla de su nueva película, la soberbia y novelesca Mes Provinciales

Jean-Paul Civeyrac • Director
(© Carole Bethuel)

París acogió nuestro encuentro con Jean-Paul Civeyrac para desmenuzar los secretos tras Mes Provinciales [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Jean-Paul Civeyrac
ficha de la película
]
, una obra novelesca llena de encanto que se destapó en la sección Panorama de la Berlinale y la ARP Sélection estrena en los cines franceses el 18 de abril.

Cineuropa: ¿Fue Tengo veinte años, la película de principios de los años 60 del ruso Marlen Khutsiev, la que te inspiró la idea de Mes Provinciales?
Jean-Paul Civeyrac: Tengo veinte años me la recomendó una estudiante. Fui a verla a YouTube y, al cabo de un mes, empecé a escribir el guion. Para que la película brotara así, tenía que llevar mucho tiempo ya dentro de mí, pero lo ignoraba. Tengo veinte años cuenta la historia de tres amigos y me vino a la mente enseguida; primero, con la idea de escribir una historia de amistad; después, se sumaron las historias de estudiantes en cine, lo que me dio pie a contar cosas que forman parte de mi aprendizaje y cosas que veo hoy en los alumnos con que me relaciono habitualmente, puesto que enseño cine desde hace ya más de 20 años.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Qué nos dices de la temporalidad en la narración, que se extiende hasta un año?
Se trata de un primer año de estudios, cuando el personaje principal se enfrenta a sus ideas, a la realidad de sus películas y a quien es de verdad. Lo que cambió de la concepción a la realización es que era como una crónica; durante el rodaje y más aún en el montaje, me percaté de que era más bien una novela, que había más vínculos de causa y efecto, lo que suponía casi un cambio de género para la cinta.

El film también narra cómo alguien de campo descubre París.
Es como si hubiera un centro al que volvemos sin saberlo si le pertenecemos. El cine integra también el centro de la vida. Hay que hacerse un hueco en el lugar cuando uno viene de las afueras. Es un clásico de la novela de aprendizaje y es algo que yo viví, por lo que me resultó fácil imaginármelo. Vengo de una familia obrera sin ninguna relación con el mundo del cine. Al llegar a París, solo conocía a una persona y a esa persona solo la había visto dos veces. Uno no imagina el impacto, cómo todo cambia: el estrépito, el metro… La Fémis fue para mí un caparazón protector y comprobé que había mucha gente que venía del campo. Nos reuníamos en torno a la cinefilia, aunque ahí también uno está en las afueras.

Mes Provinciales, además, relata la educación sentimental de un hombre sumergido en las dudas.
Es casi una constante en mi cine: los personajes tienen lacras profundas. Me gusta que sean apasionados pero también que se cuestionen sus convicciones, que duden. La cinta se construye sobre oposiciones, contradicciones, personajes diferentes… y es ese juego de opuestos lo que acaba por construir un universo co matices donde no hay héroes. Yo no puedo hacer esas success stories porque no creo en ellas. Me gusta el cine en el que el heroísmo aparece puesto en duda, con personajes más ingratos, difíciles de amar o de defender por dentro, sin mirar de arriba abajo. En la vida, nos topamos con mucha gente así; de hecho, somos un poco así. No somos amables todo el rato.

¿Por qué decidiste situar la intriga en nuestra época y, a la vez, rodar la película en blanco y negro?
Si la hubiera ambientado en los años 80, habría sido una especie de reconstrucción histórica y me parece que eso habría hecho la película un tanto más particular, un poco nostálgica. El negro y blanco lo elegimos después. Fue idea de mi productor. Yo dudaba porque me decía que una película entre cuyos temas está el cine y es en blanco y negro va a parecer un poco un homenaje a los orígenes del cine y no quería eso en absoluto pero, más tarde, vi que podía reforzar la parte de ficción, lo novelesco. Eso suponía una dosis de encanto adicional y liquidaba un poco la temporalidad, con un hoy que dejara la puerta abierta al pasado, como si siempre hubiera estado ahí. El negro y blanco, además, siempre da una sensación de mayor hermosura y riqueza cuando se tiene poco dinero a disposición, como era nuestro caso.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del francés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy