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Barbet Schroeder • Director

“Tengo por principio no juzgar nunca”

por 

- CANNES 2017: Hablamos con Barbet Schroeder sobre su apasionante documental Le vénérable W., presentado en sesión especial en Cannes

Barbet Schroeder  • Director
(© M. Petit / Festival de Cannes)

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, presentado en sesión especial en la Selección Oficial del 70º Festival de Cannes, Barbet Schroeder hace el edificante retrato de un budista birmano que aviva las ascuas del nacionalismo antimusulmán.

Cineuropa: ¿Cómo descubriste la existencia de Wirathu, y por qué decidiste hacer un film sobre este W., que está lejos de ser venerable?
Barbet Schroeder: Es irónico: le descubrí por azar, estaba leyendo artículos sobre budismo y me topé con uno que evocaba el posible papel de los budistas en un comienzo de genocidio en Birmania, en la región de los rohinyás. Me chocó mucho pensar que el budismo pudiera tener algo que ver con el más grande de los crímenes, me dije que tenía que partir de inmediato e intentar averiguar si podía hacer una película. Porque me parecía interesante estudiar la ambigüedad y tratar de comprenderla.

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¿Cuál fue tu impresión al conocer a W.?
Me di cuenta de que era mucho más inteligente de lo que creía, y mucho más astuto y diabólico de lo que pensaba.

¿Cómo le presentaste tu proyecto de film?
Le dije la verdad, que pensaba que era importante para el mundo entero, ya que había una tendencia general a este tipo de odio, de tratamiento despectivo de las minorías, que podía provocar en última instancia una violencia terrible, mientras que el discurso al principio es con mucha frecuencia velado y suave.

En el proceso de reconstruir la vida de W., te has familiarizado con todo el corpus ideológico del que se ha apropiado.
Como suele pasar en las cuestiones de racismo, nos topamos con libros recurrentes que reaparecen a través de las generaciones. En su corpus ideológico, hay un libro cuyos temas se encuentran en todos los panfletos y discursos racistas. Y, por supuesto, todos los extremistas de hoy en día tienen sus posts en Facebook, y se sirven de ellos de una manera muy eficaz y peligrosamente útil; y en la película se muestra claramente que, en 2003, cuando W. causa una revuelta en su ciudad natal, en esos tiempos no había más que los panfletos que se distribuían en los mercados, y fueron ellos los que avivaron las ascuas. Pero claro, diez años más tarde, con internet...

¿Cómo has logrado imbricar el retrato de un hombre con el de un país, que supone un material vasto y complejo a aprehender?
Han sido nueve horas de montaje, 300 horas de material que ha hecho falta no solo ver y probar, sino también traducir. Es un trabajo descomunal, pero absolutamente apasionante porque siempre pienso que cuanto más se ahonda en una situación específica, más se llega a lo universal. De ese modo, he llegado hasta Trump y Marine Le Pen estudiando un movimiento budista poco conocido de Birmania.

¿Por qué te interesa tanto la cuestión del mal?
No me interesa en sí misma, no me fascina el mal, pero me interesa el hecho de comprenderlo y de hacer comprender que el mal se esconde a menudo bajo una apariencia de decencia, bajo máscaras. Cuando hago una trilogía sobre el mal, es porque quiero mostrar diferentes aspectos de él, porque creo que es un tema crucial para la humanidad a través de los tiempos, y, por ello, no lo hemos agotado. Y para mí, el planteamiento no maniqueísta es el mejor, el planteamiento ambiguo es el que aporta más resultados. Tengo por principio no juzgar nunca, y todas mis películas están fundadas sobre ese principio. Evidentemente, no podemos salir de ver mi película sin quedar abrumado, así que es muy difícil imaginar un espectador que no emitiera un juicio al final. Pero no he intentado programar ese juicio.

¿Cómo defines las tres entregas de esta trilogía del mal?
Général Idi Amin Dada : Autoportrait trata sobre el poder absoluto, la dictadura. Luego tenía un proyecto sobre los jemeres rojos, la dictadura de la utopía, pero desafortunadamente no llegué a hacer la película. El abogado del terror [+lee también:
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es la historia del terrorismo ciego desde su surgimiento, contada a través del personaje de un importante cabecilla obrero. Ahora, con Le vénérable W., el tema es la utilización de la religión, algo que recuerda a la Alemania de los años 30.

Tú mismo eres budista. ¿Te has cuestionado a ti mismo en este plano al realizar esta película?
No, porque pienso que la palabra de Buda es maravillosa, profunda, y que tiene un valor universal, como un tesoro de la humanidad. Pero su palabra es traicionada por este señor W., como sucede sin duda en las demás religiones.

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(Traducción del francés)

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