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Dominique Cabrera • Directora

“No hay pasividad cuando es la propia vida lo que uno interpreta”

por 

- Charlamos en el Bergamo Film Meeting de 2017 con Dominique Cabrera, directora de Corniche Kennedy

Dominique Cabrera • Directora
(© Bergamo Film Meeting)

El cine de Dominique Cabrera es esencialmente político. Lo ha sido desde sus primeros documentales, que parten de un tejido social popular como el de los franceses de Argelias repatriados en los años 60, o pied-noir, de la periferia parisina. Su método de trabajo prevé una larga observación del entorno y del paisaje humano que se incluye a sí misma. Este método lo ha aplicado a su obra de ficción, como en Corniche Kennedy [+lee también:
tráiler
entrevista: Dominique Cabrera
ficha de la película
]
, que en Italia distribuirá en verano KitchenFilm (de las ventas internacionales se ocupa Jour2Fête). El Bergamo Film Meeting de 2017 ha programado todos los trabajos de Cabrera, incluido un preestreno de Corniche Kennedy. Con motivo de tal, Cineuropa mantuvo un encuentro con la directora al cabo de la presentación del film, adaptación de la novela de Maylis de Kerangal ambientada en Marsella, donde, a los pies del barrio más lujoso de la ciudad, algunos chicos se arrojan desde lo alto de una roca ante los ojos de una chica (Lola Créton) que vive en una elegante villa. 

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Cineuropa: ¿cómo llevó a cabo el casting?
Dominique Cabrera: Los actores no son verdaderamente actores. Quería que fuera como un documental, cuando los intérpretes comparten contigo las ideas del film porque están en su territorio, que es un lugar físico, no ficticio. No quería mostrar el barrio popular del que provienen sino darlo a la vida a través de sus palabras. Busqué a mis protagonistas paseando por la Corniche y un día vi a un grupo de chicos zambulléndose. Algo saltó ahí y fui incapaz de encontrar otra gente que quisiera retratar más que ellos. No vinieron a la cita que les di por desconfianza, así que los volví a buscar y eso les dio a entender que mis intenciones eran francas y que habrían tenido la ocasión de hacer algo distinto y especial en sus vidas.

Entonces trabajó sobre todo con el lenguaje.
Trabajé la manera de hablar, de moverse, sobre sus personajes. Fue un intercambio continuo. Abrí un taller en el que leía el guion y ellos lo cambiaban con sus expresiones típicas. De Marsella me gusta la poesía que hay en la forma de hablar, las asociaciones de palabras, esta mezcla de expresiones de proveniencia árabe e italiana, algo que yo jamás habría podido inventar.

Y, después, la interpretación.

Trabajé mucho desde el punto de vista actoral porque es difícil dejarse llevar a la “pasividad” del actor cuando tienes que interpretar tu propia vida. Esto vale sobre todo para Kamel Kadri, un chico con una vida violenta y aventurera. No podía renunciar a Alain Demaria, que interpreta a Mehdi, porque era buenísimo en las zambullidas; sin embargo, era muy tímido, tenía problemas de dislexia y quería hacer de doble. Nadie imaginaba que pudiera actuar. Al final, se desató y nació un matador. Para Suzanne, busqué a una actriz profesional para que marcase la diferencia de condición social y cultural. Lola Créton es una especie de niña prodigio: empezó a actuar a los 10 años, y, afortunadamente, aceptó el papel.

¿Cómo eligió la música?
Hay tres canciones escritas por Kamel Kadri, que en la película es Marco. Él compone y ha adaptado la letra al film. A la compositora Béatrice Thiriet, con quien colaboro desde hace 20 años, le pedí que creara una música sinfónica que acompañara la cinta, mientras que las canciones tenían que ser una especie de voz en off que explicaran los pensamientos de Marco.

El color azul predomina en la película. ¿Tiene que ver con la libertad de elegir el propio destino?
¡El azul ya estaba allí! Era lo que tenía: las rocas, el mar mediterráneo. Por una parte, constituye un fondo perfecto para los personajes. Por otra, este color puro me servía para que emergieran con fuerza los cuerpos en su dimensión más física. Me inspiró, sin duda, Stromboli, de Rossellini. No cabe duda de que simboliza el horizonte, el futuro, pero fue algo totalmente inconsciente.

¿Tuvo problemas con la producción?
Hubo problemas para encontrar la financiación de la película; pensábamos que no íbamos a poder sacarla adelante pero decidimos rodar antes de que los chicos crecieran demasiado. Cuando la película quedó bloqueada, pasamos el verano limando el guion y reconstruyendo el personaje de Alain con los diálogos que él mismo había creado con nosotros.

¿Trabaja ahora en un nuevo proyecto?
Tengo una idea pero estoy ahora viajando con Corniche Kennedy y me queda poco tiempo para escribir.

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(Traducción del italiano)

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