email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

Rodrigo Sorogoyen • Director

“Hay que reflejar la frustración de alguna manera”

por 

- SAN SEBASTIÁN 2016: El director madrileño Rodrigo Sorogoyen presenta Que Dios nos perdone, un thriller protagonizado por Antonio de la Torre y Roberto Álamo Mejor guion

Rodrigo Sorogoyen • Director
(© Lorenzo Pascasio)

El director madrileño Rodrigo Sorogoyen sorprendió hace tres años en el Festival de Málaga con Stockholm [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
, un film anti romántico protagonizado por Javier Pereira y Aura Garrido, cosechando tres premios, incluido mejor director. Antes había filmado a medias con Peris Romano la película de microhistorias sentimentales 8 citas. Con su tercer, malsano y magnífico largo, Que Dios nos perdone [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Rodrigo Sorogoyen
ficha de la película
]
, en competición en el 64° Festival de San Sebastián, da el salto a la primera división de los cineastas españoles, a tener muy en cuenta los próximos años.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Cineuropa: Tu película comparte con La isla mínima [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Alberto Rodríguez
ficha de la película
]
, de Alberto Rodríguez –contra quien compites en esta edición del festival, donde él presenta El hombre de las mil caras [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Alberto Rodríguez
ficha de la película
]
–unos crímenes misteriosos y a Antonio de la Torre, un actor ubicuo (parece el hombre que lo hace todo en España).

Rodrigo Sorogoyen: Eso dicen, pero José Coronado o Luis Tosar actúan más (risas). Lo que pasa es que Antonio está ahora en Tarde para la ira [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Raúl Arévalo
ficha de la película
]
, de Raúl Arévalo. No me impone competir contra Alberto Rodríguez, me asusta más hacerlo contra los cineastas extranjeros, con esa visión equivocada y magnificada que solemos tener del cine de fuera; aunque El hombre de las mil caras será un peliculón, lo veo más hermano, porque es de aquí.

Ahora que nombras a Raúl Arévalo, que trabajó contigo como actor en 8 citas, coincide tu film con su Tarde para la ira en mostrar un ambiente violento: ambos retratáis la sociedad desde la rabia… ¿casualidad?
En esto no suelen existir las casualidades: debe haber una frustración que hay que reflejar de alguna manera… en mi caso sí, y en el de Raúl, cuya película está más centrada en la venganza, supongo que también. Pero para mí nace de un Madrid donde, como le pasa también a otras ciudades de Occidente, se está conviviendo con la violencia, en ciertos momentos, en su mismísimo centro: Isabel Peña, mi coguionista, y yo éramos vecinos, y vimos que en verano de 2011, coincidía la visita del Papa y el 15M, con la policía dando palos a diestro y siniestro. Había un poder político que te impedía acampar o protestar en la calle y, por el contrario, recibía con los brazos abiertos a medio millón de peregrinos y a un Papa cuyos gastos no eran de gusto de todos los madrileños: se generó tal violencia que se nos ocurrió contarlo. Surgió el guión pues desde el interés antropológico de saber por qué un señor le corta el cuello a otro, hasta de la curiosidad sociopolítica de retratar una ciudad y un momento concreto: todo eso se mezcló y escribimos un thriller sobre dos policías que tienen que atrapar a un asesino.

Empezaste con 8 citas, dirigiendo a medias, luego Stockholm fue levantada con un crowdfunding de 60.000 euros, y ahora tienes más medios y a Gerardo Herrero en la producción. Ha sido una evolución, pero ¿han quedado cosas importantes por el camino?
Yo estaba preocupado con perder libertad: estaba preparado para pelearme, educadamente, por mantener la máxima libertad, pero he tenido mucha, no sé si porque he sido prudente, han confiado en mí o los astros se han alineado. He hecho la película que quería. Y he tenido facilidades que no tuve en Stockholm, pues allí era productor y entonces me tenía que preocupar de muchas cosas, mientras ahora me he dedicado a dirigir: ésta es más grande, más completa y ha llevado más tiempo, así que me ha venido muy bien esa liberación.

¿No te pusieron líneas rojas sobre la cota de violencia?
No lo viví así: el guión es violento, te guste o no; de hecho, una distribuidora francesa no la compró por eso. Luego ahí estaba la vocecita interior que me avisaba para no pasarme, pero sin líneas rojas: hemos ido de la mano con los poderes. Tampoco la película es una oda a la violencia, tiene cosas duras, pero se podía haber sido mucho más bestia.

¿Habéis rodado, además de en Madrid, también en Canarias?
Sí, por las ayudas fiscales que ayer se obtienen. Filmamos allí los interiores: las casas y la comisaria. También lo hicimos en Torrelavega (Cantabria): ahí transcurre la última escena de Que Dios nos perdone.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy