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Marcel Jean • Delegado artístico, Festival de Annecy

"El universo gráfico es transcultural"

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- Hablamos con Marcel Jean, delegado artístico del Festival de Cine de Animación de Annecy, que celebra su 40º aniversario del 13 al 18 de junio

Marcel Jean • Delegado artístico, Festival de Annecy
(© G. Piel/CITIA)

A unos días del 40º Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy (13-18 de junio), el delegado artístico de la muestra, Marcel Jean, nos da su opinión sobre la coyuntura por la que está pasando la producción mundial de animación.

Cineuropa: ¿Cuáles son las tendencias de esta 40ª edición del Festival de Annecy?
Marcel Jean: Hay una preocupación por el estado del mundo, en especial por parte de los cortos y las escuelas de cine, que reaccionan más rápidamente a la actualidad. Muchas películas abordan la cuestión de la migración, algunas hablan del terrorismo, otras de la libertad de expresión. Hay ciertamente menos películas humorísticas que en el pasado. Por otro lado, hay un fuerte interés por los temas del envejecimiento, de la memoria... de la muerte, en definitiva. 

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En la industria se habla de una vuelta a los temas adultos en los largometrajes de animación, pero este tipo de proyectos parecen difíciles de financiar.
Hay una voluntad por parte de los creadores de dirigirse a espectadores adultos, pero en efecto hay una dificultad para vender o introducir en el mercado una animación que no esté destinada a toda la familia. Hay cierta pusilanimidad, y esta inquietud se percibe entre las distribuidoras, que se esfuerzan mucho, cuando identifican una película de animación destinada a un público adulto, por hacer olvidar que se trata de animación: hablarían, por ejemplo, de documental animado, insistiendo mucho en el aspecto documental.

Sin embargo, podemos constatar que hay una verdadera efervescencia de estilos.
La evolución tecnológica ha aligerado en gran medida las etapas puramente técnicas de la realización del cine de animación. Por ejemplo, La jeune fille sans mains [+lee también:
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se ha hecho prácticamente con un equipo de cortometraje, lo cual habría sido inconcebible unos años atrás. Esto hace posible una variedad de estéticas y formatos que se refleja en los 9 largos en competición este año: dos películas en 3D con un planteamiento muy industrial y marcos hollywoodienses (Sheep and Wolves y Snowtime!), dos que se inspiran mucho en las formas de la estética documental (25 April y Nuts!), dos producciones completamente artesanales con presupuestos muy modestos (La jeune fille sans mains y Window Horses), dos obras de ciencia ficción (Seoul Station y Psiconautas [+lee también:
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) y un film de marionetas, Ma vie de courgette [+lee también:
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. Hay una gran diversidad. Y si añadimos los largos fuera de competición, ampliamos todavía más el abanico, sobre todo por una cinta experimental: Un rêve solaire. Por otra parte, en la actualidad, la industria se está desarrollando en todo el mundo. Por ello, este año hemos seleccionado Bilal, de Emiratos Árabes Unidos, y Manang Biring, de Filipinas.

Este dinamismo creativo propicia una mayor competencia en las salas.
Este año, la calidad vuelve a estar muy presente en la muestra, con, por ejemplo, Ma vie de courgette y La Tortue rouge [+lee también:
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, que han tenido muy buena acogida en Cannes, o Louise en Hiver (leer la noticia), que se presentará en Annecy. El peligro es que el largometraje de animación de autor se vea relegado al circuito de festivales, como esas películas de ficción premiadas en Locarno y Venecia que luego no se estrenan en cines en prácticamente ninguna parte. Y esto sin hablar de plataformas como Netflix y otras, que afectan considerablemente a la afluencia a los cines. No podemos seguir adelante sin reflexionar, y mucho menos sin pasar a la acción.

Con frecuencia se habla del sector del cine de animación como de una gran familia. ¿Es este el secreto del éxito de Annecy?
El universo gráfico es transcultural. Y como la animación exige en general mucha mano de obra, la división del trabajo entre diferentes estudios y países favorece la coproducción. Por otro lado, los sistemas de créditos fiscales implementados en varios países se sostienen más sobre este aspecto de la mano de obra que sobre el equipo, al contrario de lo que sucede en otras formas de cine. Hasta los norteamericanos, que suelen buscar menos acuerdos de coproducción, quieren a veces deslocalizar la producción, y el mejor ejemplo de ello es lo que está pasando entre Universal y Illumination Mac Guff en Francia. Tienen la posibilidad de contratar a talentos del mundo entero: cuando vamos a Disney, DreamWorks, Sony o Blue Sky, es como si fuera la ONU. El talento es el combustible de la industria, y se busca allá donde esté. Lo que trae a norteamericanos a Annecy es la presencia de 2000 estudiantes y otros mil jóvenes profesionales, todos ellos buscando empleo, en mayor o menor medida.

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(Traducción del francés)

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