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Julia Ducournau • Directora

"Me interesaba poner en tela de juicio la moral de una película sin perder la empatía del público"

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- CANNES 2016: Nos reunimos con Julia Ducournau, que ha debutado en el largometraje con Crudo, presentada en la Semana de la Crítica, a cuyo público quitó la respiración

Julia Ducournau • Directora

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ha debutado a lo grande en el formato del largometraje, concretamente cortando la respiración al público que se reunió para su estreno en la Semana de la Crítica del 69º festival de Cannes.

Cineuropa: Grave es una continuación de su corto Junior y su telefilm Mange, pero esta vez nos lleva a una experiencia extrema. ¿Qué le llevó a dar ese salto?
Julia Ducournau: En efecto, desde Junior trabajo con la metamorfosis de mi personaje principal, metamorfosis en primer lugar corporal; luego, aparece su paso a la edad adulta y, más tarde, su salto a la feminidad. En Crudo/em>, decidí añadir un aspecto moral a la metamorfosis: me dije que estaría bien poner en tela de juicio la moral de una película en un momento dado sin perder la empatía del espectador. Eso me pareció un interesante reto de guion porque no es fácil hacer que el espectador acepte algo que a priori suscita un rechazo total. Así que pensé en los que me parecen los tres tabúes de la humanidad, a saber, el incesto, el asesinato y la antropofagia, y me dije que este tercer motivo iba bien en el sentido de mi trabajo sobre el cuerpo, sobre la metamorfosis y su apertura. ¡Y así es como llegué a esas extremidades!

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Así que su protagonista se libera de algo. Aunque cabría preguntarse si se libera o se condena.
Es un poco las dos cosas. Intenté tratar el canibalismo como una liberación; es decir, algo que la saque del determinismo de la escuela y de las novatadas a la vez que del determinismo familiar del vegetarianismo (en suma, un determinismo de superficie), tradiciones que le han impuesto toda la vida: es una especie de gesto punk que le permitirá desmarcarse de ese lastre. Después, efectivamente, hay algo que va a marcar su paso a la edad adulta de manera bastante trágica y que, por tanto, va a determinar el ser en que se va a convertir porque, en ese momento, tiene una elección por delante: o mata a la gente para alimentarse, respondiendo a una necesidad primera, o se construye un lastre moral y se vuelve hacia la humanidad.

Usted ha optado por un escenario que se prestan perfectamente a la experiencia de Justine:  una escuela de veterinaria. ¿Cómo echó mano e integró este lugar?
Al principio, pensaba situar la acción en una escuela de medicina pero me di cuenta rápido de que en ese lugar, ella no habría tenido más que bajar a a morgue para pegarse un festín con los cadáveres, así que no habría habido película. En cambio, yo quería quedarme en el dominio de la medicina, por esos problemas sobre el cuerpo y la apertura del cuerpo, porque quería filmar eso, el interior y el exterior, y, además, tenía en mente varias escenas, de disección, por ejemplo. Así que todo me llevó naturalmente a la escuela de veterinaria, que, evidentemente, de manera metafórica, da buena cuenta de la animalidad y, de manera visual, arrojaba paralelismos interesantes.

En efecto, a pesar de los extremos a los que llega, el proyecto mantiene una coherencia sorprendente: a pesar de los gestos que le vemos a Justine, la mirada que se posa sobre ella no deja de conservar pudor y hasta delicadeza.
El reto principal era el de hacer comprender esos gestos al espectador. Había que dar una razón que permitiera al espectador identificarse. El orgasmo es una pero lo es aún más el hecho de que, si se muerde a ella misma, es para no morder a otro, y, habida cuenta de que la moral está con ella, porque se trata, lo vemos, de alguien que prefiere atacarse a sí misma que a los que quiere, ella ya no es un animal y deja que la comprendamos.

El film se mantiene de hecho en el terreno del cine de autor pero se hace eco de algunas grandes referencias cinematográficas que flirtean con el cine de género.
Se trata más bien de influencias, en particular las del cine de David Cronenberg y de David Lynch, porque no quería pegarle nada a la película. Simplemente, intenté, cuando sentía la necesidad, de pensar en las escenas que más me habían gustado sobre los mismos temas para ver cómo otros habían hecho y decidir mejor lo que quería hacer.

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(Traducción del francés)

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