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Bruno Dumont • Director

"Lo que pasa es que antes utilizaba un telescopio y ahora utilizo un microscopio"

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- CANNES 2016 : El director de cine francés Bruno Dumont nos habla de su increíble y asombrosa comedia de autor, La alta sociedad, estrenada en competición en Cannes

Bruno Dumont • Director
(© C. Duchêne / Festival de Cannes)

Rodeado por los actores de la película, Juliete Binoche, Valeria Bruni Tedeschi, Fabrice Luchini, Jean-Luc Vincent, Brandon Lavieville y Raph, el director francés Bruno Dumont explica ante la prensa internacional los motivos que le han llevado a realizar la extraordinaria La alta sociedad [+lee también:
crítica
tráiler
Q&A: Bruno Dumont
ficha de la película
]
, una tragicomedia delirante y mordaz, presentada en competición en el 69º Festival de Cannes.

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¿Tenías la intención de contar una historia de locos?
Bruno Dumont: Sí, exacto, una historia de chiflados, pero también una historia de amor, una historia policíaca, una historia cruel, una historia maravillosa. Quería mezclar distintos tonos y obtener una película con mucho colorido. 

¿Y qué nos dices de este increíble cambio hacia la fuerza humorística?
El humor forma parte del drama. Basta con profundizar en el drama, para llegar a la comedia. También me ha sorprendido descubrir que la comedia no es un género menor dentro del cine. A veces hay que tener incluso más cuidado con los planos, para conseguir la exageración. Y por primera vez, he utilizado efectos de sonido y ambientación para dar más credibilidad.

En tus películas anteriores, transmitías cierta angustia al tratar del instinto bestial. ¿La misma violencia  se puede aceptar más fácilmente con el humor?
Para mí ha supuesto un cambio. Hace tiempo que quería salir del drama, pues te acaba encerrando. Con el humor he encontrado una válvula de escape. Pero el drama sigue existiendo en la comedia. Ahora he aprendido a enlazar un acto violento con una gracia, hasta me ha sorprendido descubrir hasta qué punto la gracia le quita dolor a la violencia. Por ejemplo, somos capaces de aceptar el canibalismo porque tiene gracia. Ello nos permite hablar de cosas serias con humor. De todas maneras, todos tenemos de todo, somos unos santos y unos cabrones, unos cretinos y unos genios. Por ello hago cine, para comprender todo ésto.

¿Lo mismo se puede decir con la investigación policial, cuyo desenlace se da a conocer en seguida?
En esta película, la investigación policial es un elemento periférico, aunque supone un buen motor. Gracias a ella, la historia continúa y yo puedo seguir a los personajes detrás de la cámara. No es algo nuevo en mis películas. En L’humanité también hay una investigación con un policía extraño. Lo hago sobre todo para que la investigación sea algo sencillo, nada de complicaciones.

En tu cine anterior trabajabas con actores que no eran profesionales. En este caso, los actores no profesionales encarnan a los pobres y los ricos son representados por actores franceses famosos. ¿Hay una teoría tras este dispositivo?
En efecto, ya que lo cómico es muy esquemático. Son caricaturas. En esta película, dejo de lado la sociología, y trato con la filosofía sobre la noción de lo humano, de lo que es el hombre. Pero, ya que los personajes son variopintos, necesitaba actores de comedia, o sea, comediantes. Para mí, son como verdaderos acróbatas. Y aunque me ha resultado difícil, ha sido una experiencia extraordinaria. Pero yo solamente dirijo, quien actúa es el actor.

Todas las películas que diriges las haces en el Norte de Francia. La alta sociedad nos recuerda al estilo de los carnavales de esta región.
Sí, en el Norte de Francia tenemos esta tradición. Entonces he querido utilizar las máscaras, lo grotesco, los disfraces pomposos, todo este travestismo. Pero bajo las caretas y el divertimento se oculta algo más fino y social: el humor como una purga, ya que reírse es sano. Por otro lado, tenemos los paisajes del Norte. Me interesaba filmar la brutalidad de las cosas con la sencillez de este paisaje. No hay que olvidar que lo grotesco se consigue poniendo juntos los actores y el paisaje. 

Los planos y la imagen nos recuerdan a la pintura...
Hay que tener cuidado con la pintura ya que esto es cine y aunque la pintura tenga influencia sobre el cine, tiene que haber movimiento. Para mí, lo peor sería conseguir solo una imagen bonita. Aunque hay que cuidar la fotografía. Me he inspirado en la fotografía de comienzos del siglo XX. La dificultad ha estado en poner juntos esta fotografía con la técnica digital, contar una historia del pasado en el presente, ya que la película tenía que conservar un carácter contemporáneo. He utilizado en exceso la técnica digital para aportar un hiperrealismo, sobre todo al filmar a los actores en primer plano. Me he puesto en el lugar del espectador y en cómo hacerle entrar en la veracidad de la historia. De todas maneras, no se puede filmar lo intemporal. He utilizado el vestuario y las costumbres de aquella época para poder hablar de otra cosa, es lo que siempre hago. Lo que pasa es que antes utilizaba un telescopio y ahora utilizo un microscopio.

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(Traducción del francés por Ainhoa Jauregui)

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