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Juan Cavestany • Director

“¡No quiero ser libre!”

por 

- Se confiesa Juan Cavestany, orquestador de Esa sensación, film constituido por tres miradas independientes: la suya y la de los jóvenes cineastas Pablo Hernando y Julián Génisson

Juan Cavestany • Director

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ha obtenido el premio Movistar Plus+ en el 19º Festival de Málaga Cine Español tras pasar por el Festival de Róterdam (noticia) y se estrena este viernes 13 de mayo en salas españolas. El padre de esta criatura es Juan Cavestany, quien reclutó a Julián Génisson (miembro de Canódromo Abandonado) y Pablo Hernando (premio especial Las nuevas olas en Sevilla 2015 por Berserker [+lee también:
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). 

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Cineuropa: ¿Fuiste el promotor de Esa sensación?
Juan Cavestany
: Sí, la produje y llamé a Pablo y Julián: nos unió cierto sentido del humor trágico, de la vergüenza y el pudor. El germen de Esa sensación fue una pregunta de Génisson: “¿Nos lo estamos pasando bien?” Esa dificultad de identificar los propios sentimientos, con algo de cómico y trágico, define el humor de la película: lo complicado de saber cómo estamos y la sensación de que los demás están mejor que uno, que se lo pasan fenomenal y disfrutan mucho. También está el cuestionamiento del disfrute: ¿por qué intentamos transmitir que lo pasamos bien y estamos dentro del sistema? Es el humor de lo incómodo, inapropiado y difícil: algo que seguiré abordando en la serie Vergüenza (leer noticia).

¿Se te contagió la energía de tus jóvenes compañeros?
Ellos me ven como un señor mayor al que admiran, porque hago películas con una simple cámara, como Dispongo de barcos [+lee también:
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, y por mi parte hay una vampirización de energía al conectarme a alguien joven, y eso me gusta, aunque tienen treinta años y ya son bastante maduros. En esa mezcla de generaciones también ha habido roces: desde el principio la película era un experimento basado en la independencia de las partes, pero en el montaje tendríamos que sacrificar eso para crear un todo, lo cual ha traído discusiones, algo normal, porque cada fragmento tenía su propia personalidad.

¿Y cómo se maridan esas tres historias a la hora de unirlas?
Se escribieron las escaletas sabiendo que montaríamos intercalando las historias, y el no buscar hilos de conexión, sino ser violento en el cambio de ritmo, estilo y naturaleza de cada parte, ha ido a favor de la cohesión de la película: si hubiéramos intentado casarlas, se notaría ese artilugio.

¿Te sientes un cineasta libre?
¡Para nada!, ¿alguien se siente libre? somos esclavos de un sistema o, incluso, de nuestra propia libertad: de nuestros vicios, deseos, vanidad... Esa sensación tiene su recorrido fuera de la industria pero hay gente haciéndolo así desde hace mucho tiempo, como Isaki Lacuesta –que acaba de ser premiado en Málaga (leer noticia)–, Andrés Duque –ganador del D’A (leer noticia)– o Albert Serra… Porque hay tipos de independencia, con matices: uno saca un poco de aquí, otro no, otro del todo... no están las parcelas tan claras.

¿Pero haces lo que te da la gana?
Sí, en mis cuatro últimas películas he hecho lo que he querido, porque no me ha llamado nadie. Fue una respuesta de supervivencia: tras Gente de mala calidad [+lee también:
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hice otra película para no quedarme en casa. No he vivido de mis films, sino de otros trabajos, como el teatro, talleres y guiones. Yo quiero tener escaletas y un productor que me pague: ¡no quiero ser libre!

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