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Sergio Castellitto • Director

“Yo soy el obrero, mi mujer es Pininfarina”

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- El director y actor Sergio Castellitto habla sobre su nueva película, titulada Nessuno si salva da solo, tercera ocasión en que lleva al cine una novela de su esposa, Margaret Mazzantini

Sergio Castellitto  • Director

Delia y Gaetano son una joven pareja separada con dos hijos pequeños y unas vacaciones que organizar. Ella (Jasmine Trinca) es una dietista que ha padecido anorexia, mientras que él (Riccardo Scamarcio) es un guionista de programas de televisión. Se ven una noche para cenar y decidir qué hacer con los niños ese verano. No tardan en salir a la luz la rabia y los reproches. ¿Por qué terminó su relación? ¿De quién fue culpa? ¿Quién traicionó a quién? A partir de entonces, repasamos su historia de amor y desamor, desde el primer encuentro y la pasión de los primeros años hasta la rutina de ser padres, las peleas y el desprecio. Nessuno si salva da solo [+lee también:
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(lit.: Nadie se salva solo), una producción de Indiana, Wildside, Rai Cinema y Alien Produzioni, que llega a la cartelera el 5 de marzo con Universal, es la tercera ocasión en que el director y actor Sergio Castellitto lleva al cine una novela de su esposa, Margaret Mazzantini, tras No te muevas y Volver a nacer [+lee también:
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(ambas protagonizadas por Penélope Cruz). 

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Cineuropa: Por primera vez no has escrito el guión, obra de su esposa. ¿A qué se debe?
Sergio Castellitto: En realidad siempre había sido así: la escritura es tarea de Margaret. Desde luego participo y marco los tiempos, pero yo soy el obrero, ella es Pininfarina. Sólo ella conoce así a los personajes, esa red de relaciones humanas y comportamientos. Ningún director puede ser más exacto. Yo recibo un guión, lo cojo, lo abro, lo cierro, lo rompo y lo sitúo. El guión está cerrado, pero dentro de esa jaula hay la posibilidad de moverse y cambiar, queda algo vivo. El cine primero se escribe, luego se rueda, se interpreta, se monta… 

De las tres novelas de Margaret que has llevado al cine, ésta es la más cercana a vosotros y a nosotros, a ser padres, una pareja…
Es una película basada en un libro de Margaret en el que interesa menos la trama. Lo importante son las relaciones humanas. Hemos pensado mucho en la adaptación cinematográfica desde su publicación. Hace un año volví a leerlo y me llamó la atención una frase (“el error ha sido pensar que encontraríamos todo en una sola persona”), donde he encontrado la clave de las crisis de pareja. Los treintañeros, la generación del Muro y el 11 de septiembre, conocen la complejidad de construir un proyecto, que se ha derrumbado más por incompetencia que por falta de amor. Las generaciones más grandes ven cosas que, de una manera u otra, tienen que ver con ellos. Un veinteañero ve su futuro, no sin preocupación. 

El restaurante y los flashbacks. ¿Qué estructura querías dar a la película?
La película tiene una bonita estructura teatral. El restaurante y la casa son escenarios. La película está construida en escenas. No uso tres escenas para decir una cosa. Una narra el nacimiento de Cosmo, que es el hijo del idilio y del amor. Otra habla de Nico, que es el hijo de la neurosis. Es una película con una estructura muy fija. Las cosas que has amado son las que odias. Las cosas que te han hecho reír son las que te dan vergüenza. Ese cuerpo que tanto deseabas, ahora no lo soportas… 

¿Siempre has tenido en mente a Jasmine Trinca y Riccardo Scamarcio?
Son actores de un talento luminoso y su esencia humana, su fragilidad de treintañeros, se adapta a la perfección a los personajes. He elegido precisamente los intérpretes que quería. Para ellos ha sido una ocasión extraordinaria para conocerse mejor. Incluso diría que es una película política, porque no hay nada más político que nuestra intimidad. La crisis ha destruido la economía, pero también ha modificado la sexualidad. La gente ya no quiere hacer el amor porque está deprimida. Se van de casa, dicen “ya no te quiero”, porque están preocupados. En la extraña, devastadora y, a pesar de todo, extraordinaria célula que es la familia, con la que todos tenemos que lidiar, Delia y Gaetano creían ser distintos y salir adelante, pero también ellos han caído en la trampa. 

¿Cómo nace el cameo del cantautor Roberto Vecchioni?
Está relacionado con la elección de la música. En la película, junto al piano de Arturo Annecchino, he seleccionado poetas, narradores, de vez en cuando hay una canción que es como una página que pasa: Tom Waits, Leonard Cohen, Asaf Avidan, Amedeo Minghi, Lucio Dalla… Quería que la estructura de la película se asemejase a una canción. El restaurante es un estribillo, reaparece una y otra vez, pero cada vez se canta de una manera distinta. Muchos actores habrían interpretado el papel de Roberto con sabiduría, pero él tenía ese nerviosismo de la primera vez, esa frescuta, limpieza... y, a fin de cuentas, también él es un poeta. 

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(Traducción del italiano)

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