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Gerard Johnson • Director

“Intentar sobrepasar los límites de nuestra visión habitual”

por 

- Encuentro en Les Arcs con el cineasta británico Gerard Johnson para hablar de Hyena, su impactante thriller sobre la corrupción policial

Gerard Johnson  • Director
© Ivon Bartholomew

El cineasta británico Gerard Johnson, descubierto con Tony [+lee también:
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, nos cuenta la génesis de su segundo largometraje, un implacable trabajo centrado en la corrupción policial: Hiena: El infierno del crimen [+lee también:
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ficha de la película
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(leer la crítica). Encuentro con ocasión de la proyección de la cinta en competición en el 6º Festival de cine europeo de Les Arcs.

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Cineuropa: ¿Cómo surge la idea de Hiena: El infierno del crimen?
Gerard Johnson: La idea nació hace más de diez años. Peter Ferdinando, el actor principal de la película, y yo, conocimos en el circuito nocturno del East London a una pareja con la que congeniamos muy bien. Unas semanas después la chica nos reveló que su pareja era un policía infiltrado. Con su pelo largo, sus tatuajes, su afición al alcohol y a las drogas, nunca nos lo habríamos imaginado de policía, todo lo contrario. Era un personaje fascinante. Pensé que podía ser un Teniente corrupto británico genial. Durante algunos años guardé esta idea en algún lugar de mi mente, hice Tony y después regresó al primer plano.

¿Cómo fue la escritura del guión?
Investigué sobre la corrupción policial, un problema mundial del que se han dado una multitud de casos en el Reino Unido en estos últimos años. Después busqué a un policía corrupto, que ahora es un testigo protegido, que me contó cosas increíbles. La mentalidad de estos tipos, que creen hacer un buen trabajo policial, y lo hacen, pero con sus propios métodos, hace que se acerquen peligrosamente a los criminales. Esta frontera me fascinó: estos chicos entran en la policía para hacer el bien, para detener a los criminales, y luego se dejan corromper y se comportan ellos mismos como criminales. También hablé con policías de la unidad de estupefacientes y de prostitución no corruptos porque no quería reducir a los personajes de la película a unos simples canallas, sino mostrar la eficacia y la realidad de su trabajo. Finalmente, entrevisté a una víctima del tráfico de mujeres albanés y su relato me conmovió tanto que inmediatamente quise integrarlo en el guión. Muy a menudo nos olvidamos de lo que pasa en las esquinas de las calles de cualquier gran ciudad. Basta con arañar la superficie y aparecen mundos que ignoramos a consciencia. Quería hacer una película visceral e intentar sobrepasar los límites de nuestra visión habitual.

¿Cuál era la atmósfera que quiso crear?
Vivo en Londres y muy rara vez he visto esta ciudad representada en el cine con todo su potencial, excepto en algunas excepciones como Performance de Nicolas Roeg (1970). Me encanta buscar lugares de rodaje auténticos y como hay bastantes secuencias nocturnas en la película, había que encontrar muchos exteriores. También quería rodar en West London, que ha sido muy poco explotado en el cine y que resulta fascinante con sus clubs, sus sociedades secretas, una arquitectura diferente y un ambiente más europeo. También decidí no elegir a profesionales para interpretar a los dos criminales albanos para que aporten su cultura en la película. Uno es el guardaespaldas nº 1 de la familia real de Qatar y el otro es fontanero (risas). Peter Ferdinando se fue con ellos a Kosovo para entrenarse en el manejo de armas. Tenía que ser lo más auténtico posible, no como en películas tipo Venganza, preparadas al gusto de Hollywood. El Londres apasionante que yo conozco es cosmopolita.

La música de The The funciona como un personaje fundamental en la película.
Matt Johnson de The The es mi hermano. Para nosotros, la música y la película deben asociarse en una fase temprana del proceso creativo. Algunos prefieren colocar a posteriori melodías ya existentes en vez de utilizar música original. Esto puede quedar genial, pero en muchas películas solo es una manera rápida de intensificar las emociones. Para nosotros, la música debe ser mucho más orgánica y es extremadamente importante. Para Hyena, quería algo bastante bruto, un sonido electrónico abrasivo.

¿Ha moderado el grado bastante elevado de violencia de la película?
Las cosas pierden todo su impacto si se dejan solamente a la imaginación del espectador. Cuando penetramos en algunos mundos, hay que mostrar su violencia. Pero no me gusta la violencia extrema utilizada para hacer reír. En Hyena, la reacción de Michael ante la violencia es la razón principal para mostrarla porque él todavía piensa que sus compañeros y él son unos policías de verdad. Pero ya no es así. En el fondo, Michael se escondía y evitaba la confrontación. Una parte de él es una hiena: un excelente depredador, muy duro en grupo pero bastante menos en solitario.

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(Traducción del francés)

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