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Hisham Zaman • Director

“Es difícil separar la sal y el azúcar cuando están unidos”

por 

- Letter to the King, de Hisham Zaman, sigue a un grupo de personajes que han dejado su país de origen para irse a Noruega, en donde empiezan a vivir en un centro de acogida

Hisham Zaman • Director

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 es una película coral de Hisham Zaman, director noruego de raíces kurdas, que, en el marco clásico de la unidad de lugar (Oslo), tiempo (u día) y acción (una razón muy precisa que motiva a cada uno de los personajes principales), nos propone una historia en la que el amor, la búsqueda de empleo, y la venganza, entre otros, forman parte. Estos personajes tienen un punto en común: han dejado sus países de origen para irse a Noruega, en donde empiezan a vivir en un centro de acogida. Un día se les propone pasar unas horas en la capital noruega. Como no es capaz de hacerse oír con las autoridades, Mirza, uno de ellos, quiere enviar al rey de Noruega la carta que le ha escrito, de donde viene el título de esta película de bajo presupuesto.

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Cineuropa: ¿Ficción o documental?
Hisham Zaman
: Es una ficción que se nutre de lo vivido, de elementos auténticos. He escrito el guion junto a Mehmet Aktaş, un kurdo de Turquía que vive en Berlín. He elegido por otra parte actores amateurs de los que he tomado prestado mucho, palabras, ropa, para reforzar la veracidad. Ya había trabajado con la mayoría de ellos. Junto a mi director de fotografía, Marius Gulbrandsen, ya responsable de la imagen de mis películas Vinterland y Bawke, rodamos numerosas escenas en Grønland, un barrio popular de Oslo con el que estoy familiarizado. 

Su película habla de refugiados que...
Evitemos las palabras “refugiados”, “solicitantes de asilo”, “extranjeros”, etc. No me gustan las etiquetas. Estamos demasiado influenciados por los titulares impactantes de los tabloides. Todos somos seres humanos, con nuestros sueños, nuestras ambiciones, incluso cuando tenemos un bagaje diferente. He intentado hablar del humano de manera realista, pero a la vez he querido mostrar cómo mis personajes se veían ellos mismos en el mundo en donde evolucionaban, hacer palpable su forma de ser, de respirar… y su vulnerabilidad. He intentado capturar su interior, de alguna manera. Los mueven sus sentimientos, sus emociones, y no consideran las consecuencias eventuales de sus actos. No calculan. Son llevados a actuar en función de las circunstancias que los rodean.

En la película no faltan grandes momentos.
Sí, hay momentos dramáticos, a veces con una gran tensión entre los personajes, ya que son muy diferentes: el más joven tiene 15 años, y el más viejo, 83 años. La dureza, mejor dicho la tenacidad, de mis héroes, viene de sus motivaciones. Algunos aceptan su vida tal como es, mientras que otros prefieren luchar contra la adversidad. Pase lo que pase. Pero la ligereza y el humor están también presentes en mi película: nacen generalmente del absurdo de algunas situaciones. También hay ternura. Me encantará llevar al espectador a reflexionar sobre nuestro comportamiento, a pensar en toda esa gente que ignoramos tan a menudo y juzgamos demasiado rápido basándonos en su apariencia, un velo, un fular… Más que los grupos, las comunidades, son los individuos los que me interesan, la gente con la que me gusta tener una relación, para mal o para bien. A menudo se esconden tras su fachada…

¿Buenas sorpresas?
Y también decepciones, ya que la gente es compleja. Pero es como la sal y el azúcar: es difícil separarlos cuando están unidos. Forman parte de la misma sociedad.

El final parece abierto.
El final se me impuso. Siempre estaba presente, latente, incluso si no era consciente de ello. Está implícitamente integrado en el relato, y solo podía ser evidente, incluso si hay elementos inesperados.

¿El rodaje ha durado mucho?
Treinta y cinco días, extendidos durante varios años. He hecho esta película prácticamente a la vez que mi película anterior Before Snowfall [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, que tenía el apoyo del Instituto de Cine NoruegoLetter to the King es una cinta independiente que he coproducido con Alan Milligan a la cabeza de la compañía Film Farms, con la participación de Filmtreff y, para el material, de Storyline Studios. La asociación Fritt Ord que milita por la libertad de expresión me ha proporcionado también su ayuda. Hacer una película con muy poco dinero no es una sinecura. Pero cuando se cree en un proyecto, se está dispuesto a dar lo mejor de uno mismo, y se tiene en cuenta los criterios de calidad, se permite toda la esperanza. Hoy en día lo comercial acaba muy a menudo liderando sobre las ambiciones artísticas de los creadores. Espero a pesar de todo poder seguir durante mucho siendo un testigo de mis tiempos, contando mis historias.

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