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Pawel Pawlikowski • Director

"Un rodaje es como un baile del director con los demás"

por 

- Pawel Pawlikowski habla de su vuelta a los orígenes con la multipremiada Ida, realizada en Polonia y en blanco y negro

Pawel Pawlikowski • Director

Cineuropa habla con el cineasta de origen polaco, que vuelve a su país natal para la aventura de Ida [+lee también:
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entrevista: Pawel Pawlikowski
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, una película en blanco y negro multipremiada tras su premiere mundial en Toronto. 

Cineuropa: Ida es su primera película realizada por completo en Polonia. ¿Es consecuencia de un deseo establecido o una simple cuestión de circunstancias? 
Pawel Pawlikowski: Ya hacía tiempo que quería rodar una película en Polonia, pero no era nada adecuado porque no conocía la realidad polaca. Pero sentí fuertemente que tenía la necesidad de esta vuelta personal, de volver a los paisajes y al ambiente de mi infancia, que yo conservaba en mis recuerdos. Quise volver a la Polonia que me es cercana de alguna manera, y a los años 60, que idealizo. 

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¿Ha sido difícil esta vuelta?
Sí, en el contexto de la realización de la película, incluso muy difícil, porque Polonia ha cambiado mucho. Cuando busqué los decorados, me asusté un poco porque no encontraba aquello que tenía en mente. Quería recrear el universo que yo conocía. Finalmente, tras largas búsquedas, encontramos algunos fragmentos de paisajes en el campo, y la ciudad de Lodz, que, como muestra la película, no ha cambiado tanto.

¿Difiere mucho la primera versión del guion, escrita hace más de cuatro años, de la que ha seguido finalmente para rodar la película?
Sí, el primer guion, que escribí junto a Cezary Harasimowicz, tenía mucha más acción. Era más dramática, y melodramática. De hecho, en mi caso, la idea de una película no termina nunca detrás de un ordenador. Tengo una historia, sus planos, una estructura, unas secuencias, etc., pero no comienzo a actuar a fondo hasta cuando me pongo a dirigir, cuando busco los decorados, los actores, cuando reescribo el texto varias veces… El trabajo de los actores es también muy importante. Ellos aportan nuevas ideas que yo puedo incorporar o no, cambiar una y otra vez. Y no tengo miedo de esos cambios, incluso en la fase de rodaje.

Hablando del casting, ¿cómo ha encontrado a Agata Trzebuchowska? Es su primera experiencia en el cine, no es actriz y afirma incluso que no quiere ser una.
En la etapa del casting, hicimos las pruebas a unas 300 o 400 actrices jóvenes. Pero a través del visor de la cámara, yo siempre sentí que no era eso lo que buscaba. Estaba por tanto algo desesperado, y, al volver a París, tras el fracaso del casting, recibí una llamada de Malgoska Szumowska, a quien le había dicho que estaba en una situación difícil: debía comenzar el rodaje en pocos días y no tenía actriz. Malgoska me dijo que en la cafetería en la que ella estaba, había una chica que no parecía una mujer religiosa, pero que parecía alguien muy interesante. Yo le pedí que le hiciera una foto con su móvil, de manera clandestina. La hizo y me la envió a París. Así fue cómo encontramos y finalmente convencimos a Agata Trzebuchowska.

Para el otro papel clave de la película, el de la tía, una funcionaria comunista judía desplazada del poder, ¿ha sido la elección más fácil?
Mucho más. Elegí a Agata Kulesza, que era perfecta para este papel, que lo percibió bien, y que le quedaba natural. Wanda es un personaje particular, muy ambiguo, en cierta manera con dos personalidades. Ella cambia, sale de su "espacio de seguridad", vuelve... Pero la película no tiene ningún objetivo didáctico, y si el personaje de Wanda es ambiguo, no constituye el retrato de nadie. Se trata solo de una creación común entre Agata y yo. 

¿La elección del formato en blanco y negro ha complicado la financiación?
Cuando presenté la idea de este formato para la película, uno de los inversores me dijo bromeando: "Quieto ahí, ya no eres un estudiante." Y casi se desvincula de la película. Para mí, este formato era absolutamente adecuado para la historia. Tenía una visión muy clara: blanco y negro, tomas largas con cámara fija, encuadres muy grandes y personajes situados fuera del centro. Y ha funcionado. La película misma nos ha impuesto ese modelo y no era posible rodarla de otra manera. Con el director de fotografía Lukasz Zal, hablamos y dialogamos de manera muy intensa. Un rodaje es como una danza del director con los demás. Cuando tenemos un buen compañero, un buen equipo de colaboradores, obtenemos un resultado de buena calidad. Ese ha sido el caso con las dos actrices principales, pero igualmente con los actores Adam Ogrodnik y Adam Szyszkowski. He elegido muy buenos actores, y personajes muy fuertes. He tenido suerte.

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(Traducción del francés)

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