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Julio Fernández • Productor

“Si tardo un cuarto de hora en explicar de qué va la película, no me interesa”

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- El presidente de Filmax repasa la historia y los pilares que sustentan una de las marcas de referencia mundial en la producción de cine de género

Casi todos los productores coinciden en que sus proyectos están pensados desde el primer momento para el mercado internacional, ya que la explotación sólo en España no es suficiente para garantizar su viabilidad económica. Sin embargo, son muchos menos los que pueden decirlo y, además, hacerlo. Uno de ellos es sin duda Julio Fernández, que, rechazando ínfulas de artista (“ a veces digo que soy más un emprendedor que un productor”), ha establecido a Filmax como una garantía de cine de género en todo el mundo.

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“Para muchos, Filmax es una marca de referencia. Nuestras películas pueden ser mejores o peores, pero nadie tiene dudas de que van a ser de nivel, sólidas. Ha sido un proceso largo, no es algo de tres películas. Hemos hecho en torno a un centenar de películas en quince años, lo cual sólo se puede comparar con lo que hacen los estudios estadounidenses, con todas las diferencias existentes”, explica Fernández. Entre sus producciones destacan las dos entregas de la saga REC [+lee también:
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(2006), de Tom Tykwer.

Actualmente, la producción se sustenta en la viabilidad internacional: “A la hora de hacer una inversión, no nos planteamos un proyecto que no tenga una parte importantísima de ventas internacionales. Gracias a ese soporte financiero podemos avanzar. Tanto en el cine de género como en la animación, son proyectos que están pensados para poder viajar. Son historias universales”. Aquí entra en escena el gran protagonismo de la división de ventas internacionales, Filmax International: “Cuando nos dimos cuenta de que se avecinaba la crisis, decidimos canalizar las inversiones hacia la distribución internacional. Nos puede ir mal un continente u otro, pero no es lo mismo tener un producto para 35 millones de personas que para 7.000 millones. El riesgo está mucho más atomizado”.

Quiero conceptos claros”, afirma categórico. “A veces, cuando vienen a presentarme un proyecto, les digo que si tienen que tardar un cuarto de hora en explicarme de qué va la película, no me interesa”, dice, al tiempo que subraya que “la claridad de conceptos es lo que nos permite encontrar distribuidores en otros países, así como el público objetivo al que va dirigido la película”. No es la única clave de Filmax, definida frecuentemente como una mini major; también importa “La integración: estar en todas las áreas del sector, de la producción a la distribución, pasando por las ventas internacionales, los servicios o la exhibición. Gracias a ello tenemos un nivel de conocimientos e información muy alto. Al tener expertos en ventas internacionales, sabemos qué elementos añadir a un proyecto para hacerlo más atractivo en un continente entero. Terminamos haciendo un producto que a lo mejor no es un 10 para España, pero es un 6 para todo el mundo”.

Sé que puede sonar mal, pero el talento se compra. La clave es montar proyectos empresariales que te permitan no rodar una película, sino tener continuidad. Entonces puedes acceder a los mejores directores, actores y técnicos. De ahí viene el sello de producción”, comenta Fernández, que añade: “Todos, el guionista, el director, dicen que es su película, pero más bien es nuestra película. Es un esfuerzo de todos. Al director le digo que no vamos a coger a nadie que no quiera, pero que me dé tres posibilidades. La última palabra la tiene el productor”.

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