12/07/2010

La relación entre el ministro de Cultura de Italia, Sandro Bondi, y el mundo de la cultura en general y del cine en particular no ha sido precisamente plácida últimamente. En varias ocasiones ha estado a punto de explotar un enfrentamiento entre el ministro y 100autori, una asociación creada en 2008 por directores y guionistas con el objetivo de contribuir a la renovación de los organismos públicos que gestionan el cine italiano.

100autori ha participado en importantes batallas que han sido apoyadas tanto por autores consagrados, que han participado al debate público, como por otros menos conocidos y más jóvenes. La asociación tiene en estos momentos más de 380 miembros, entre los cuales destacan Paolo Sorrentino, Marco Bellocchio, Ferzan Ozpetek, Giuseppe Piccioni y Liliana Cavani.

Más allá de las polémicas, el objetivo de 100autori consiste en terminar con la actual precariedad del sector a través de la aprobación de la ley sobre el Centro Nacional de Cinematografía del cual se habla desde hace tiempo en el Parlamento. “Estamos preparados para aportar nuestras ideas, estamos preparados a discutir sobre la formación de un CNC que tenga una autonomía del mismo ministro, un plan de programación y muchas otras cosas aún por definir”, ha explicado el presidente de 100autori Stefano Rulli a Cineuropa.

Cineuropa: Indudablemente, existe una cierta dispersión de recursos y fondos. ¿Pero no es tarea de Cinecittà Luce, creada en mayo de 2009, ejercer de coordinadora?
Stefano Rulli: Cinecittà Luce es una caja vacía, como la ha definido el mismo ministro, y la amenaza de dimitir de su presidente Roberto Cicutto es otra prueba. Es necesario intentar hacer realidad en Centro Nacional de Cinematografía, un organismo que representa a las asociaciones de las distintas categorías dotada con sistemas de financiación reales.

Y los fondos públicos siguen reduciéndose.
Las ayudas al cine anunciadas impedirán la realización de cualquier tipo de producción. Pero no nos aferramos a las subvenciones. El cine italiano tiene que ser financiado por quien lo usa. No es verdad que lo veo poca gente, nunca antes había estado tan presente. Vídeo doméstico, de pago, plataformas digitales, proveedores. Hay quien lo usa y obtiene beneficios pero no lo financia.

Algo ha cambiado. El sistema de crédito fiscal está funcionando.
Estas formas de financiación pueden resultar interesantes pero no si terminan beneficiando al duopolio de Rai y Mediaset. El crédito fiscal tiene que ayudar a los productores independientes. Si entran en juego también ellos dos, no dejarán espacio para los más pequeños.

Rai Cinema tiene un papel fundamental.
El éxito del cine italiano en el extranjero pone de relieve una gestión en general meritoria, por lo que no entendemos por qué es necesario quitar como directora a Caterina D'Amico, que ha respondido muy bien a una serie de peticiones y a la necesidad de mayor transparencia. Hemos solicitado un encuentro sobre la línea editorial, también para la producción televisiva. No hacemos política corporativa, en tiempos de crisis queremos analizar estos recortes. No hay que reducir los fondos de los sectores productivos, hay que fomentar la innovación. Las crisis económicas deben llevar a inventar nuevos modelos de producción.

En junio han tenido lugar varias manifestaciones contra los recortes, del cine a la educación.
Nos unimos a la protesta porque los recortes, al margen de provocar un gran daño a un sector muy importante (ya que la producción audiovisual, junto a la cultura, construye el imaginario y la identidad de un país), representan además un problema de miopía industrial. Estos políticos que se identifican tanto con el liberalismo no entienden la importancia y la esencialidad de un sector que influencia hasta el turismo. Hacer recortes en este sector es un suicidio sobre todo desde el punto de vista económico.