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Milazim Salihu • Distribuidor

Las multisalas son el futuro de la distribución en Kosovo

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Genci es una empresa de distribución y exhibición con sede en Pristina, Kosovo. Es la primera sociedad de este tipo en el territorio y también por ahora la única que está funcionando. Comenzó su andadura como empresa pública en 1999 y desde entonces ha seguido un proceso –todavía incompleto– de progresiva externalización. Con todo, ha distribuido varias películas europeas; entre las más recientes, se encuentran El silencio de Lorna [+lee también:
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y las albanesas Us And Lenin y Lindje, Perendim, Lindje.

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Tienen previsto estrenar próximamente Libertas, del croata Veljko Bulajic; la rusa Yuri’s Day, dirigida por Kirill Serebrenikov, y la coproducción europea Besa [+lee también:
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, dirigida por el serbio Srdjan Karanovic.

Cineuropa: ¿Cuál es la situación de la distribución y la exhibición en Kosovo?
Milazim Salihu:La situación es desastrosa. A pesar de la ley de cine aprobada en 2005, nada funciona como es debido. Hay un Kosovo Film Centre que dispone de un presupuesto limitado de 400.000 euros –lo que da para financiar un largometraje, cuatro documentales y tres cortos de ficción–; pero nada de eso ayuda porque la exhibición está en ruinas y no hay más cines en Kosovo si exceptuamos los dos que tenemos en Pristina.

El principal problema es que ninguno de los cines se ha privatizado todavía y las viejas gestoras no están en funcionamiento, por lo que carecemos de una red real de exhibidores. Genci tomó el volante de la antigua empresa pública de exhibición Nikola Tesla en 1999 y ahora trabajamos bajo los auspicios de la Agencia de Privatización de Kosovo.

¿Cuántos distribuidores hay? ¿cómo funciona su empresa?
En realidad, Genci es la única empresa seria que está distribuyendo y exhibiendo películas. Nuestros socios son Continental Film, en Zagreb [Croacia], que nos proporciona cintas estadounidense; Megacom Film, que desde Belgrado [Serbia] hace lo propio con las europeas, y la Imperial, de Tirana [Albania]. De vez en cuando también compramos películas aparte a empresas de Bosnia, Croacia, Albania y Macedonia.

Kosovo tiene la población más joven de Europa. ¿Qué tipo de películas interesa a este público?
Los jóvenes están muy bien informados y se interesan por los éxitos del momento. El mejor resultado de taquilla el año pasado lo cosechó 2012, con 12.000 espectadores. Por desgracia, no hay suficientes salas para proyectar todas las películas que se demandan; por eso, tenemos la esperanza de que alguna gran multinacional se interese por el mercado kosovar y que, gracias a ello, podamos construir multisalas. Eso sería factible. Si hubiera un complejo con 12 salas, incluyendo 3D, podríamos dar cabida a películas americanas, europeas, regionales y nacionales a la vez.

El otro gran problema es la piratería. Dos días después del estreno de cualquier filme, ya hay un DVD pirata con subtítulos en la calle por un euro y medio, y eso no lo están parando ni el gobierno ni Eulex [El cuerpo administrativo de la UE que supervisa Kosovo].

Kosovo produce un gran número de documentales. ¿Dónde pueden verse y qué otras posibilidades existen para el cine independiente?
No hay espacio para los documentales kosovares en los cines, y, por lo visto, tampoco en televisión, por lo que pueden verse en festivales como el Dokufest en Prizren y el Skena/Up en Pristina. Durante los últimos diez años hemos estado trabajando con las embajadas de Francia, Turquía, Gran Bretaña, Alemania, Suiza y de otros países para organizar proyecciones de películas europeas con vistas a que no caigan en saco roto.
Kosovo tiene muchos problemas con el suministro eléctrico y de agua. ¿Cómo puede trabajar una distribuidora en esas circunstancias?
En 1999 y 2000 compramos generadores para garantizar la buena proyección de una película. El suministro eléctrico actualmente es un poco mejor, pero todavía el uso de los generadores es necesario.

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